Viejos son los trapos: ¿Emprender es sólo cosa de jóvenes?

¿Qué es lo más importante para emprender, tener ganas o tener canas? La idea generalizada parece ser que un emprendedor debe ser necesariamente joven –alguien que ronda los 35 años de edad, como máximo-, pero quizás quienes ya pasaron largamente ese límite tengan algo que decir al respecto. Veamos si existe realmente una edad para comenzar un negocio o si la juventud está sobreestimada, a propósito del Día de la Juventud.

Una encuesta de InfoNegocios, en LinkedIn, sobre este tema, considerando más de 1.300 respuestas, muestra que el 51% opina que la mejor edad para emprender se ubica en la franja de 26 a 35 años de edad; el 25% cree que son los de la faja de 18 a 25 años de edad; el 19% de 36 a 45 años; y sólo el 5% está convencido de que la mejor época para iniciar una empresa es a partir de los 46 años.

La pregunta es si estos números se ven reflejados en la realidad. “No tenemos un estudio sobre a qué edad se empieza a emprender en Paraguay, pero lo que vemos en la Asociación de Emprendedores de Paraguay (Asepy), con nuestros socios, es que arrancaron su empresa siendo muy jóvenes. De nuestros 7.000 socios casi la mitad tiene entre 25 y 35 años de edad”, afirmó David Caballero, presidente de la entidad.

El referente gremial no cree que haya una edad para emprender, pero la realidad muestra que en Paraguay los que están al frente de los emprendimientos son muy jóvenes. “El problema es que en muchos casos vienen sin toda la experiencia y sin toda la formación necesarias”, refirió.

Caballero agregó que a través de los programas de mentoría de Asepy aconsejan a los jóvenes rodearse de personas con más experiencia. “Que busquen un socio de más edad para aportarles las canas que hacen falta además de las ganas, la experiencia que efectivamente suma y da mucho valor a la hora de mirar con mayor perspectiva”, destacó.

Además, señaló que el proceso de hacerlo asociativo también ayuda a desarrollar consenso e incorporar otras miradas a la idea de negocio que uno tiene. La recomendación es que, sobre todo si el emprendedor es muy joven, que contrate, se asocie o tenga como aliado o consultor a gente con experiencia, que ya haya recorrido un camino similar.

Es que cada cual aporta cosas distintas. El joven, la impronta, la energía, las ganas, la creatividad, es más altruista y soñador, virtudes que se van perdiendo con los años. “Vemos que cuando te toca emprender muchas veces también tenés que trabajar mucho más de lo que lo harías siendo asalariado, al menos si querés que tu emprendimiento crezca”, añadió.

Complementariamente, el de mayor edad, digamos de más de 45 años, aporta el orden, la visión a más largo plazo. “Y como tiene en su haber varios reveses en la vida, posee una mirada de que no todo es de vida o muerte o sólo blanco y negro”, indicó.

Qué está pasando en el resto del mundo

Caballero comentó que, de acuerdo a testimonios de colegas, en otros países fuera de Latinoamérica no es raro encontrar personas con más de 55 años de edad que están comenzando un emprendimiento, una tendencia que está comenzando a replicarse en nuestra región.

“En Paraguay siendo más joven tenés otra energía y el miedo al fracaso, a tomar riesgos, es mucho menor que en una persona de 55 años, que tiene una familia y arriesga su patrimonio. Pero ya se está viendo también la tendencia que gana terreno a nivel global, especialmente en las fintechs”, acotó.

Relató que muchas de las fintechs fueron fundadas por personas que tienen 15 o más años de banco, conocen el dolor y desarrollan un producto más eficiente que el modelo de banco y son exitosos. “Y eso ocurre a nivel mundial”, aseveró Caballero.

Un estudio publicado en julio pasado por The Conversation aporta pruebas de que los empresarios de más edad tienen mucho que ofrecer, que quienes crean empresas a edades consideradas más avanzadas (cumplidos los 50) tienen más probabilidades que los empresarios más jóvenes de aportar innovaciones radicales o disruptivas al mercado.

Es decir, ofrecen innovaciones que producen cambios revolucionarios o desarrollos completamente nuevos de una tecnología. Y dado que esos productos y servicios novedosos benefician a la economía, se puede concluir que las habilidades y experiencias de los empresarios de más edad son muy valiosas.

Basándose en datos recopilados entre el 2008 y el 2017 sobre 2.900 fundadores de nuevas empresas en Alemania, descubrieron que, por cada 10 años más de edad, aumenta hasta en un 30% la probabilidad de que un emprendedor introduzca una innovación en el mercado.

Es decir, los empresarios de mayor edad también pueden innovar y vender más. Entonces, ¿cuál es la mejor edad para emprender? Cualquiera, porque los datos muestran que no es solamente cosa de jóvenes. “Al final, la edad es sólo un número”, recordó Caballero.

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