Juan Pablo Benítez trabajó dos años como investigador asistente en la Universidad de Pensilvania, donde adquirió el título de máster. En el proyecto en el que se desempeñó como asistente, analizaron las diferencias entre las seis ciudades más grandes de EE.UU. y las seis más grandes de México en cuanto al transporte, la movilidad y la accesibilidad, la demografía y el crecimiento económico. Igualmente se desempeñó como pasante en la Agencia Municipal de Transporte de la Ciudad de San Francisco, donde desarrolló proyectos para usuarios del transporte público, bicicletas y peatones.
Otro punto que el especialista consideró necesario es ver a la movilidad de forma integrada, por ser vital para el desarrollo social, por ende, las soluciones deben tener como fin generar mayor accesibilidad a oportunidades laborales y académicas a los grupos más vulnerables. “Deben existir incentivo y ordenamiento territorial para que la ciudad deje de crecer de manera periférica y aumentar el número de viajes largos”, agregó Benítez.
Para Benítez, el centro de Asunción tiene muchísimo potencial para crecer de manera vertical, que considera la única y mejor forma de crecer sosteniblemente. El centro capitalino puede revitalizarse, densificar y acoger muchos más residentes que en la actualidad y eso, sumado a mayores oportunidades laborales, académicas y residenciales, reducirá la dependencia que tienen algunas personas de moverse en su vehículo.
El máster en planificación urbana y regional mencionó que el billetaje electrónico es una herramienta importante para obtener los datos que se necesitan para comprender mejor los desafíos que se tienen en la movilidad y celebró la intención de implementarla.
Por otro lado, Juan Pablo nos facilitó algunos datos a tener en cuenta para afrontar los problemas de movilidad en Paraguay. En primer lugar, existe una reducción significativa de la demanda del transporte público, desde 1998 el número de viajes se redujo 12%, cifra que para el especialista podría ser mayor por el crecimiento del parque automotor –principalmente de motos– y de vehículos importados vía Chile.
La congestión del tránsito también es un tema a tener presente a la hora de analizar el sistema de transporte, además el parque automotor podría seguir creciendo debido al fortalecimiento económico del país: “La tasa de motorización en 2010 fue de 67 vehículos por cada 1.000 habitantes y en 2030 se espera que aumente a 131 vehículos por cada 1.000 personas”, indicó Benítez. Aclaró que la congestión no solo es un problema en sí mismo, sino que al mismo tiempo que aumenta el tiempo de traslado, aumenta el deterioro de la calidad del aire.
Juan Pablo considera que el transporte público paraguayo tiene principalmente tres problemas: el primero es el cobro del pasaje en efectivo, que según él genera ineficiencias en el servicio, dificulta el control de las operaciones de recaudación y de información para la planificación, aumenta la inseguridad porque el chofer debe cumplir un rol más. “Otra dificultad es la falta de políticas públicas integrales que promuevan a la movilidad sostenible y segura a nivel metropolitano. Estas políticas deben ser implementadas como soluciones de movilidad que faciliten el acceso a oportunidades laborales y educativas junto a políticas energéticas, ambientales y de salud pública”, agregó el especialista.
El último problema concreto, a criterio de Juan Pablo, es la falta de integración e información de los servicios disponibles y la posibilidad de hacer transbordos. “El billetaje electrónico permitiría la integración tarifaria a nivel nacional y esto facilitaría la implementación de una integración física con posibilidad de transbordos a precios preferenciales”.
Benítez enfatizó sobre la necesidad de que el transporte y la ciudad sean planificados en conjunto, incluyendo infraestructura, ordenamiento territorial y transporte a nivel metropolitano. “Se deben definir áreas céntricas donde se fomente la densidad y dar incentivos para que el sector privado genere ofertas habitacionales accesibles a la clase media, para así evitar la migración a zonas periféricas. Si aumentamos la oferta de departamentos en zonas comerciales, los viajes que dependen de vehículos privados se reducirán y el transporte público, los viajes a bicicleta y el traslado a pie serán opciones viables”, reveló.
Cambios estructurales
Para el máster en urbanismo, que existan tres estructuras de gobernanza del transporte (Dinatran, Viceministerio de Transporte y Municipios) genera un problema en el tránsito porque las líneas autorizadas por cada órgano regulador atraviesan por los mismos corredores y eso crea una sobreoferta en gran parte de los recorridos y en horarios no pico los buses van vacíos. Según Benítez, existe un marco normativo (Ley 1.590 Art. 22) que habla de la coordinación entre órganos, pero igual el problema no se soluciona.
“El transporte a nivel metropolitano en Gran Asunción debería estar regulado bajo una sola entidad o debería haber una planificación integrada entre las estructuras vigentes. Estas deben tener estándares de exigencia similares y deben integrar las rutas para evitar ineficiencia y sobreoferta de servicios”, recomendó.
Experiencias
“Se puede limitar el uso del automóvil privado y/o promover el uso de vehículos más limpios como en Londres o México, establecer el cobro universal del estacionamiento en las calles a través de las administraciones municipales como en Singapur. Utilizando el ejemplo de los países desarrollados, deberíamos adoptar políticas que reconozcan el riesgo de ciertos tipos de vehículos e implementar estándares de regulación vehicular como los del Foro Mundial para la Armonización de la Reglamentación de Vehículos de las Naciones Unidas”, manifestó Benítez. Sin embargo, aclaró que las mismas no deben ser integradas al sistema sin dar alternativas y mejoras en el transporte público y en la infraestructura peatonal, crear bicisendas y otros modos emergentes.