Con apenas 24 años, Erik se encuentra a punto de emprender un nuevo capítulo en su vida académica: una doble maestría que lo llevará a estudiar primero en Alemania y luego en el Reino Unido. “Seré el primer paraguayo en cursar esta combinación: una Maestría en Gestión de Proyectos Internacionales de Construcción (M. Eng.) en la HFT Stuttgart y un MBA en Gestión Estratégica de Proyectos en la Edinburgh Napier University”, comentó entusiasmado.
Este plan académico no es casual: responde a un diagnóstico claro. “La industria de la construcción es una de las más atrasadas del mundo. Mientras que otras industrias, como la automotriz, han avanzado a pasos agigantados con tecnologías y automatización, en la construcción todavía colocamos ladrillos como hace cien años”, señaló.
Sin embargo, Erik reconoció que Paraguay atraviesa un momento sin precedentes en cuanto a desarrollo urbano y obras de infraestructura. “Asunción está cambiando. Es difícil recorrer más de dos cuadras sin ver una grúa o un nuevo edificio. Pero ese boom inmobiliario debe estar acompañado de planificación, tecnología y capital humano capacitado”, advirtió.
Durante su paso por Taiwán, Erik ya había descubierto el poder de la visión global. “La experiencia en Asia me mostró otras formas de diseñar, construir y gestionar obras. Allá todo está pensado para ser más eficiente, ecológico y limpio”. Este fue el disparador para proyectar su formación más allá de las fronteras paraguayas.
En Alemania espera adquirir herramientas técnicas de última generación en la gestión de proyectos complejos, y en el Reino Unido, complementar su formación con una mirada empresarial y estratégica. “Los británicos están muy avanzados en prefabricación e industrialización de la construcción. Quiero ver cómo lo hacen, entenderlo, y traer ese conocimiento a Paraguay”, afirmó.
Su foco estará puesto en tecnologías sustentables, materiales innovadores, desarrollo urbano de usos mixtos y estrategias de integración entre lo público y lo privado. “No podemos seguir creciendo sin pensar cómo se moverán las personas, dónde van a estudiar, cómo llegarán a sus casas. La infraestructura debe acompañar ese crecimiento”, subrayó.
La intención de Erik es capacitarse para volver. “Yo no quiero irme para quedarme afuera. Quiero traer herramientas concretas para ayudar a transformar nuestra industria y que más paraguayos puedan trabajar en proyectos de alto impacto”, aseguró.
Más allá de su propio camino, Strübing espera inspirar a otros jóvenes profesionales a animarse a buscar oportunidades de formación internacional. “Salir da miedo, pero vale la pena. Requiere valentía y resiliencia. Hay becas, hay opciones, pero hay que perseverar”, dijo recordando como vio a muchos compañeros desistir en el camino.
Finalmente, lanzó un mensaje claro: “El futuro de nuestras ciudades necesita líderes preparados. Estoy haciendo mi parte, y quiero que otros jóvenes se animen también a hacer la suya”.