El humo contiene una gran cantidad de partículas nocivas que pueden afectar directamente nuestro sistema respiratorio. Según Zárate, "la inhalación de estas partículas puede provocar irritación en las vías respiratorias, mareos, fatiga extrema, y en casos más graves, dificultades para respirar". Por esta razón, es fundamental que las personas presten atención a los síntomas y tomen medidas preventivas para evitar complicaciones de salud.
Zárate destacó que ciertos grupos de personas son particularmente sensibles a la contaminación del aire, como los niños, adultos mayores y mujeres embarazadas. "Lo ideal es que estos grupos eviten la exposición al aire libre lo más posible", aconsejó el experto.
En ese sentido se sugiere que el ejercicio físico, si es necesario, se realice en ambientes cerrados, como en el hogar o en gimnasios bien ventilados. "La recomendación principal es no exponerse al aire libre bajo estas condiciones, pero si por alguna razón se debe salir, es clave tomar medidas de protección adicionales", comentó Zárate.
Para aquellas personas que no pueden evitar estar en el exterior, ya sea por trabajo, estudios o compromisos ineludibles, Zárate compartió una serie de recomendaciones prácticas como la protección ocular. Utilizar gafas de sol o gafas protectoras es esencial para evitar que las partículas de humo irriten los ojos, lo que puede provocar enrojecimiento, picazón y molestias.
El entrenador personal enfatizó la importancia de mantenerse bien hidratado, bebiendo suficiente agua durante el día. "La hidratación es fundamental para contrarrestar los efectos deshidratantes del humo en el cuerpo. Además, para quienes realicen actividades físicas intensas es recomendable el uso de geles de carbohidratos o bebidas deportivas para reponer electrolitos perdidos".
Por otro lado, no es recomendable realizar actividades físicas de alta intensidad en días con mala calidad del aire. "Lo mejor es regular la intensidad y optar por caminatas a un ritmo moderado si es absolutamente necesario", explicó Zárate. De esta manera, se minimiza el impacto negativo en el sistema respiratorio.
Si bien el ejercicio es una actividad esencial para el bienestar, Zárate subrayó que en condiciones de contaminación lo más seguro es practicarlo en espacios cerrados y bien ventilados. "Realizar actividades físicas en interiores, ya sea en casa o en el gimnasio, es la opción más adecuada en estos momentos", afirmó.
En estos entornos el riesgo de inhalar partículas peligrosas disminuye significativamente, permitiendo una actividad más segura y controlada. El humo no sólo afecta la salud respiratoria, sino que también tiene un impacto directo en el rendimiento físico.
"El ejercicio en estas condiciones genera una mayor fatiga de lo habitual. Por eso es importante prestar atención a cómo se siente el cuerpo y, si es necesario, aumentar la ingesta de alimentos que aporten energía rápida, como frutas frescas, miel o bebidas deportivas", añadió el especialista.
Para aquellos que padecen enfermedades crónicas como la diabetes o hipertensión, Zárate recomendó estar aún más atentos a los cambios en su salud. "Es crucial controlar la presión arterial y los niveles de glucosa, así como estar alerta a síntomas de dificultad para respirar". En caso de presentar algún malestar, es fundamental interrumpir la actividad física y buscar un lugar seguro para descansar.
"Lo mejor que podemos hacer por nuestra salud en estos momentos es entrenar en espacios cerrados o, si es posible, aprovechar las herramientas que tengamos en casa, como cintas de correr o bicicletas estáticas", sugirió. De esta manera, las personas pueden mantenerse activas sin poner en riesgo su bienestar.
El experto también alentó a las personas a mantenerse informadas sobre la calidad del aire y seguir las recomendaciones de las autoridades. En estos tiempos, cuidar nuestra salud es más importante que nunca, y tomar las precauciones necesarias puede marcar la diferencia.