Apodado extraoficialmente como "Model Q", el nuevo Tesla ha sido objeto de especulación desde hace tiempo. Aunque algunos informes sugieren que podría tratarse de una versión más sencilla y económica del actual Model 3, otros apuntan a un diseño completamente nuevo. Este último enfoque, sin embargo, parece improbable dado que no se han detectado prototipos en pruebas.
Entre las estrategias que Tesla podría implementar para abaratar costes se encuentran el uso de baterías más pequeñas, motores menos potentes o materiales más básicos en el interior. Actualmente, el Model 3 más asequible tiene un precio de partida de US$ 44.130 (antes de créditos fiscales), lo que plantea un desafío importante para alcanzar los US$ 30.000.
El informe del Deutsche Bank, citado por InsideEVs, destacó que el nuevo modelo se fabricaría en las instalaciones existentes de Tesla, permitiendo una optimización de recursos. Axelrod estima que esta incorporación al catálogo podría incrementar las ventas entre un 20 % y un 30 %, aunque la rentabilidad de la empresa podría verse temporalmente afectada debido a la inversión necesaria para el desarrollo y producción.
Además del auto asequible, Tesla trabaja en un Model Y con tres filas de asientos, diseñado específicamente para el mercado chino, y podría estar explorando conceptos como el "Cybercab", un modelo que prescindiría de elementos tradicionales como volante y pedales. Sin embargo, este enfoque enfrenta serias limitaciones debido a las regulaciones actuales sobre vehículos autónomos.
La trayectoria de Tesla con los tiempos de entrega ha sido, en ocasiones, cuestionada. A pesar de que la empresa asegura que este modelo estará disponible a mediados de 2025, queda por ver si será capaz de cumplir con esta ambiciosa promesa. Mientras tanto, el entusiasmo por un Tesla más accesible sigue creciendo, alimentado por la posibilidad de que este modelo marque un antes y un después en la adopción masiva de vehículos eléctricos.