El cultivo de cáñamo o cannabis medicinal se afianza cada vez más en Paraguay por ser un rubro rentable y muy prometedor para la agricultura campesina. Se industrializa casi todo lo que se cosecha, pero al igual que otros productos, los mercados globales exigen certificaciones.
Es por ello, que la firma Control Union, diseñó la certificación Cumcs-GAP, único estándar mundial que acredita el cumplimiento de las buenas prácticas agrícolas y de recolección, con la finalidad de garantizar su calidad y consistencia durante el proceso de producción.
En diálogo con InfoNegocios, Sandra Villalba, gerente de certificaciones de Control Union Paraguay, explicó que se trata de un estándar desarrollado por el equipo técnico de Control Union de Israel, país pionero y muy avanzado en este nuevo mercado que, ante la necesidad del gobierno de establecer una normativa respecto al proceso de producción del cannabis medicinal, diseñó esta certificación que fue aprobada y que hoy se está aplicando en el plano internacional.
Señaló que certificarse en Cumcs-GAP permite el acceso a mercados, así como también genera valores diferenciados y agregados de productos y precios. “Las empresas, laboratorios o quienes quieran introducirse en el cultivo del cannabis medicinal, de manera exclusiva, deberán contar, primeramente, con la licencia del Ministerio de Salud para operar y para poder exportar el producto, con el estándar exigido”, indicó la profesional.
Agregó que “actualmente tenemos proyectos ya certificados y otros en desarrollo, en varios países de la región, como Colombia, Uruguay y otros más. Ya hay también proyectos en proceso en Paraguay, pero que todavía no se han certificado. Mantuvimos reuniones con dos empresas nacionales interesadas en el estándar, una, principalmente enfocada en el cultivo de cáñamo, y otra que cuenta ya con la licencia y quiere aplicar a la industria”.
La Dirección de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud otorgó en febrero de 2020 las primeras licencias para la producción medicinal de cannabis y en la actualidad existen más de 10 empresas autorizadas.
Sobre el cannabis medicinal
El cultivo de cáñamo representa hoy una importante fuente de ingresos para los agricultores, ya que lo sembrado es cosechado en su totalidad. Abarca rubros como fabricación de textiles, uso alimentario, construcción y fabricación de papel.
En Paraguay se establecieron dos épocas anuales, una siembra a mediados de mayo, y otra en setiembre/octubre. El cáñamo ha demostrado resistencia a las heladas, la duración de su ciclo es variable, los cultivares más tempraneros requieren entre 110 a 130 días desde que emerge la plántula hasta que florece, y los cultivares más tardíos requieren entre 160 a 180 días. Se adapta a diversos suelos, aunque persiste en suelos profundos, bien aireados, con un pH 6,5, con una buena humedad y capacidad de retención de nutrientes. Es un cultivo sensible a la inundación y compactación del suelo.
De la fibra, alrededor del 30% se utiliza para producción textil, mientras que el 70% restante para nanocelulosa, plásticos biodegradables y papel. En cuanto a las semillas, se hacen suplementos para la industria alimenticia, y el aceite se utiliza para la fabricación de cosméticos y combustibles. De sus flores se extraen cannabinoides (CBD). En mercados internacionales se presenta como pastillas, cremas, tinturas, y otros.
Exportación
En julio pasado se exportó por primera vez 21 toneladas de nuez descortezada extraída de la producción de cáñamo a la Unión Europea, siendo la primera exportación latinoamericana de alimentos derivados del cannabis no psicoactivo a dicho mercado.
Y en agosto, una empresa local anunció que se prepara para exportar aceite, proteínas y otros derivados a Estados Unidos y, por primera vez, a Australia y Canadá. Además, financiarán, en conjunto con una empresa norteamericana, el montaje de una industria de fibra de cáñamo para hacer línea textil, nanocelulosa, plásticos y papeles, lo que la ubica como la primera de América Latina.