El fundamento de la élite se basa en que la subida de impuestos no cambiará el rumbo de sus riquezas, calidad de vida ni perjudicará a sus hijos y naciones. La carta insta a los políticos a tomar acciones y asegura que la desigualdad ha alcanzado un punto de inflexión que amenaza, incluso, la estabilidad económica, social y ecológica. De esta forma, se busca abordar la crisis de costos de vida y mejorar los servicios públicos.
El Foro Económico Mundial, más conocido como el Foro de Davos, es una organización internacional no gubernamental fundada por el profesor de economía Karl Schwab, con el fin de promover la cooperación público-privada y la participación de líderes mundiales.
“Los países del llamado primer mundo tienen presiones fiscales muy altas y me quiero enfocar en la clase media. Hay países en Europa donde se paga hasta más del 40% al erario, realmente alto si uno se pone a pensar en aplicarlo aquí en Paraguay, por ejemplo. Imagínense que se le deduzca el 40% de los ya 9% que se le deduce hoy”, sostuvo Stan Canova, analista económico. Agregó que los propietarios de empresas pagan impuestos a las ganancias como accionistas de sus emprendimientos y pagan el impuesto a la renta personal, que en otros países tiene otros nombres.
“El problema de la desigualdad no viene con dar más dinero al erario, porque ahí entra a sopesar el nivel de administración que haya con esos fondos (contratar más funcionarios públicos, pagar precios inflados en obras civiles, dar planes sociales). La desigualdad existe y siempre existió; no será algo que los billonarios resuelvan, porque, de lo contrario, con el número interminable de ONGs en el mundo, todos seríamos iguales, de nuevo una utopía”, indicó.
Aunque los Estados deben ser responsables de dar educación, calidad de vida, un sistema de salud sólido, un sistema de jubilación previsible y obras públicas de calidad, consideró que “romantizar el dar dinero puede ser un arma de doble filo, donde entran elementos políticos como el socialismo extremo”.
El economista explicó que si el billonario paga un monto simbólico en impuestos y ese costo contablemente hace que no llegue a sus metas de ganancias, procederá a subir el precio de su servicio o producto para lograr esos valores esperados de retorno, creando así inflación.
En otro orden, manifestó que no es tarea de los billonarios “hacer un mundo mejor, sino ocuparse de pagar buenos salarios, respetar a sus colaboradores, darles más beneficios y continuar dando buenos productos y servicios al mercado consumidor”. Por tanto, reflexionó que si realmente les interesa el bien común, “existe algo llamado carrera política, que podría interesarle al que realmente quiere ayudar y no solo buscar notoriedad en RRSS (likes/shares/etc.)”.
“A efectos de un análisis, sinceramente, desde mi opinión personal, realmente Davos está muy lejos de representar, digamos, necesidades o posiciones concretas con respecto a países en desarrollo. Davos administra una élite empresarial que administra realmente la economía global y de grandes países, donde muchas de las medidas que ellos plantean realmente no se aplican”, dijo Jaime Egüez, presidente del Club de Ejecutivos. El ejecutivo puso de relieve que Paraguay tiene una condición totalmente diferente, tributaria y de desarrollo. Por lo tanto, no es comparable a lo que eventualmente tiene un país desarrollado como Francia, Italia, Reino Unido, Estados Unidos.
“Entonces, decir que vamos a tomar una tendencia o una visión que plantea una persona que absolutamente ni siquiera tiene idea de que exista una economía como la paraguaya, va a ser condicionarnos para muchas cosas”, expresó.