La conversación se enmarca en un contexto clave: la creciente incorporación de áreas verdes en proyectos de real estate en Paraguay, donde se incorporan plazas sobre losa pensadas como pulmón verde urbano, con árboles nativos y espacios vivos que devuelvan mariposas, colibríes y biodiversidad al corazón de Asunción.
Para ella, lo que hoy define al buen paisajismo no es una moda, sino una evolución necesaria. “Hoy el paisajismo exige conciencia. Cuidar el planeta es la prioridad”, dijo. Esa conciencia implica entender que cada árbol, cada metro cuadrado de tierra y cada gota de agua cuentan, y también, que el desarrollo urbano no debe estar reñido con la naturaleza, sino al servicio de una convivencia armónica. “Apoyo muchísimo el verticalismo, pero con la conciencia de cuidar el área verde. Es posible crecer sin destruir”, aseguró.
Bo está actualmente estudiando y aplicando un concepto que la apasiona, los jardines ecosistémicos. Se trata de espacios verdes diseñados para cuidar los recursos naturales, con bajo mantenimiento, menor uso de agua y preferencia por plantas nativas no invasoras. “Es un proceso de aprendizaje. Tenemos que enseñar a cultivar estas plantas, adaptarnos a ellas, y dejar de depender de especies que exigen demasiado”, explicó.
“El ozono viene a través de las plantas. El jardín en una ciudad verde como Asunción es fundamental para la calidad de vida. La ciudad necesita pasillos verdes, pulmones verdes, espacios que separen edificios y devuelvan respiro. Eso es lo que estamos logrando”, añadió la paisajista.
Con una trayectoria consolidada, Graciela Bo define su estilo como “dibujar con excelencia para cada cliente”. No se encasilla en etiquetas, aunque reconoce influencias de estilos históricos: inglés, mediterráneo, tropical, contemporáneo, naturalista, pero insiste en que el jardín debe nacer desde la arquitectura y la necesidad del cliente, no desde una fórmula estética. “Cada casa requiere algo diferente. Lo que me caracteriza es el dibujo y la excelencia, no un estilo fijo”.
Cuando se le pregunta qué les diría a los jóvenes que empiezan en esta profesión, Graciela responde con la sabiduría de alguien que ama profundamente lo que hace, “excelencia y observación permanente. Mirar, mirar mucho. Ver de verdad porque hoy pasamos por los lugares sin mirar y si no apreciamos la naturaleza, no podemos crear a partir de ella”, concluyó.