Impresiones antes de abrir el archivo
En primer lugar, es necesario pensar en la persona que recibe los CV cuando se abre una vacante. Imagine recibir al menos 100 postulaciones, y descargar cada uno de los documentos en una carpeta, tener que renombrar cada uno de los archivos. Partiendo desde ese punto, idealmente el nombre del archivo debería ser el nombre y apellido del postulante.
Además, es mejor que el formato del documento sea en PDF, puesto que versiones antiguas, de Word por ejemplo, o fuentes desconocidas, podrían generar incompatibilidad al visualizar el archivo. Tampoco se le ocurra enviar su CV en formato de imagen.
Hay detalles que algunos considerarían superfluos, pero en los que podría interpretarse el interés de la persona. Es diferente leer el asunto de un correo que contenga el nombre y referencia al cargo al que se postula, que leer la palabra CV nada más o peor aún no ponerle asunto al correo. Además, muchas organizaciones exigen que el asunto contenga determinada información.
Así también, encontrar el cuerpo del email vacío sin siquiera un “buen día” u “hola”, deja mucho que desear. Aún sin que lo pidan será bien vista una breve carta de presentación que explique: “quién soy, a qué me dedico y para qué cargo me postulo” y por qué cree que es la persona más idónea para el cargo (siempre en relación con la experiencia) y cómo podría aportar a la misión y visión de la compañía.
En este espacio es necesario ser sincero, y no caer en posturas aduladoras con frases como: “Sería un honor trabajar en tan prestigiosa empresa”. Estas expresiones no harán que el puesto sea suyo.
Análisis del contenido
Antes de ir a qué información incluir en el currículum, hay un factor fundamental que bien podría descartar a un postulante, y es la ortografía, o mejor dicho la falta de ella. Con herramientas como control de ortografía, incluida en la mayoría de los servicios de correo electrónico y en Word, la presencia de errores deja una mala impresión. Y cuando el cargo sea más alto, más rápido será el descarte.
Por otra parte, la manera en la que se presenta la información puede evidenciar el nivel de manejo de Gmail, por ejemplo. Hay personas que colocan su carta de presentación en el asunto; o bien, que un diseñador gráfico presente su CV en un documento escrito de Word sería un poco llamativo.
Del mismo modo, enviar el mismo CV para distintos cargos no es recomendable, porque debería adecuarse a las expectativas de cada empresa, en términos más sencillos, destacar las habilidades requeridas para el cargo. Para esto siempre es importante investigar sobre la empresa a la cual se postula, su posición en el mercado y la competencia.
Informaciones imprescindibles
Lo básico que debe tener un CV son los nombres y apellidos, profesión, datos de contacto (número, dirección de email y ciudad de residencia) y experiencias laborales más recientes.
Tampoco pueden faltar los estudios cursados, títulos obtenidos, nivel y manejo de idiomas, habilidades y conocimientos de programas informáticos; dependiendo del rubro, serviría algunos links de muestras de trabajo, referencias laborales (nombre y apellido, cargo, a qué empresa está ligado, número de contacto o email), referencias personales (nombre y apellido, número de contacto o email) y, por último, pero no por ello menos importante: una fotografía.
Toda la información debe ir, en máximo, dos páginas; y si busca resaltar, hay cientos de plantillas de Word con diseños atractivos, que pueden descargarse de forma gratuita.
Mostrar experiencia y no inexperiencia laboral
En relación a la experiencia, colocar las últimas más importantes. Por ejemplo, si tiene 30 años de edad y se presenta para el área de finanzas o marketing, y su primer trabajo fue como ordenanza en una imprenta y duró un año allí, y luego trabajó seis años en área de interés para el puesto, no es necesario colocar la primera experiencia laboral, porque lo que se busca en el documento es ver qué experiencia comprobable tiene para la vacante disponible. De esta manera, primero van las experiencias laborales más recientes y, por último, las más antiguas.
Además, al reclutador podría llamarle la atención un sinnúmero de empleos en los que duró pocos meses. No es excluyente, −puesto que si uno es freelance el caso es otro−, pero probablemente le preguntarán qué pasó por lo que podría parecer falta de compromiso y estabilidad laboral.
Al hablar de experiencia laboral, no se limite a colocar el nombre de la empresa, duración y cargo; procure describir las tareas más importantes que ejecutaba. Por ejemplo, si se desempeñó como administrador, coloque qué es lo que hacía, como por ejemplo: planificación, elaboración y gestión presupuestaria, control de desempeño, monitoreo del flujo de caja, establecimiento de estándares de calidad para los procesos. Si lo desea, podría agregar cuáles fueron sus logros mientras ocupó el cargo.
¿Cómo presentar los estudios y formación?
Nadie necesita saber en qué lugar y año terminó el jardín y preescolar (algunos incluyen esta información); en todo caso poner el año en que concluyó sus estudios secundarios y la institución, si está en la búsqueda del primer empleo.
Así también una larga lista de carreras universitarias sin concluir no le hará ningún favor. Es necesario concentrarse en lo que sí terminó y, si no, la relacionada con el puesto al que postula; el año y el título obtenido.
Luego está el apartado de cursos, que siempre es un plus, pero poner aquellos que nada aportan al cargo es una pérdida de tiempo y espacio. Por ejemplo, si decidió estudiar repostería o teatro y se presenta para asistente de gerencia, colocar este dato no sumará puntos a sus posibilidades. En todo caso, durante la entrevista podría mencionarlo como parte de sus intereses, si se lo preguntan. Además, ahórrese poner cada una de las charlas y seminarios en los que alguna vez participó, salvo que sumen para el puesto, y en este caso, ser breve y conciso. Tampoco escanee todos los certificados recibidos, salvo que se lo pidan.
Y algo que se debe tener muy presente aquí es evitar caer en la tentación de fingir saber más de lo que sabe, porque las mentiras tienen patas cortas. Y si dice que tiene amplio manejo de Word y durante la selección lo ponen a prueba para que inserte una tabla o imagen en un documento, y no lo sabe hacer, solo quedará en ridículo, además de descartado para futuros procesos.
Y como el documento no debe alargarse, una buena opción al colocar las herramientas que sabe utilizar se puede valer de puntuaciones mediante gráficos, por ejemplo: Excel 6 de 10 (podría ser un gráfico de barras). Lo mismo se aplica para el manejo de idiomas, que podría ser grado de lectura, habla y escritura.
La fotografía
Algunos reclutadores prefieren fotos formales, tipo foto carnet y otros se decantan por algo más de espontaneidad, pero ojo, esto no significa poner una foto grupal o de una fiesta.
Si va por lo formal, vaya por un plano medio corto o primer plano, indumentaria formal y procure una sonrisa, puesto que hay quienes salen con una seriedad digna de un prontuario criminal. Mientras que si opta por una imagen más espontánea, también mantenga el plano medio corto o primer plano; en este caso no es necesario un retrato frontal, podría ser un semi perfil, un poco más de sonrisa (no a carcajadas).