En ese contexto, una caída en la industria argentina afecta a la paraguaya. Enrique Duarte, presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), mencionó que el país tiene el doble desafío de sostener su crecimiento y reducir su dependencia estructural de insumos importados.
“Actualmente, Paraguay importa desde Argentina principalmente derivados del petróleo, sustancias odoríficas, barras de hierro, aceites, jarabe de fructosa, tabaco desvenado, policloruro de vinilo y malta sin tostar, entre otros insumos clave”, puntualizó Duarte. Estos productos constituyen la base de una amplia gama de procesos industriales, desde la producción alimentaria hasta la manufactura de materiales de construcción, pasando por la industria química y de bebidas.
Según datos de la Rediex, el valor total de las importaciones hasta 2024 es de US$ 1.100 millones. Entre los principales sectores se encuentran: químicos e insecticidas (US$ 74,7 millones); medicamentos (US$ 53 millones); detergentes (US$ 14,5 millones); materiales industriales, productos de hierro (US$ 16,6 millones), plásticos (US$ 18,3 millones).
Por su parte, Nikolaus Osiw, director de inteligencia de Rediex, expresó: “Una desaceleración industrial argentina podría afectar a Paraguay en la importación de químicos básicos (insecticidas, medicamentos) y materiales de construcción (hierro, plásticos). Una escasez o encarecimiento de estos insumos podría ralentizar sectores paraguayos dependientes. Asimismo, una posible devaluación del peso argentino podría implicar que productos argentinos más baratos (ej.: manufacturas, alimentos procesados) accedan al mercado paraguayo, compitiendo con la oferta local”.
Desde la UIP también compartieron que el riesgo es especialmente alto en sectores como el alimentario, cuya dependencia es significativa. Sin embargo, esta vulnerabilidad puede dar paso a nuevas oportunidades estratégicas. “Dado que importamos principalmente bienes de consumo desde Argentina, esto podría convertirse en una oportunidad para que la industria paraguaya gane espacio tanto en el mercado interno como externo", señalaron.
Esto implica un potencial proceso de sustitución de importaciones, donde los productos fabricados localmente ocupen el lugar de aquellos cuya provisión externa se vuelve más incierta o costosa.
El panorama industrial paraguayo es heterogéneo. Existen sectores que lograron avanzar hacia una mayor autonomía y competitividad, y otros que todavía enfrentan limitaciones estructurales.
Con relación a la perspectiva del sector para este 2025, desde la UIP indicaron que, a pesar de las tensiones externas, el sector manufacturero creció un 4,4% en 2024 (basado en datos del Banco Central del Paraguay - BCP) y proyecta un crecimiento adicional del 3,9% para 2025, superando a los sectores primario (1,8%) y terciario (3,4%).
“Este crecimiento se ve potenciado por la mayor integración de Paraguay en el mercado internacional, especialmente de aceites de origen vegetal y productos cárnicos, farmacéuticos y metalúrgicos. Asimismo, el incremento de la inversión industrial, impulsada por la Ley 60/90 y el régimen de Maquila, resulta clave para la expansión del sector. Seguidamente, actividades que ya vienen presentando una senda de crecimiento interesante como el textil, metalúrgico y agroindustria seguirán potenciando el crecimiento de largo plazo de la industria nacional”, añadió el presidente de la UIP.