“Generalmente la gente empieza a llegar para año nuevo, durante la última semana de diciembre, la mayoría son personas que ya tienen su vivienda aquí y vienen con sus familias y amigos, o bien, tienen familiares esperándolos, pero también nos visitan turistas extranjeros aunque en menor medida. A partir de enero ya tenemos mucho movimiento y esto va hasta febrero”, comentó Naumann.
Según la secretaria de cultura del municipio, San Bernardino es una localidad que conserva su aspecto colonial, lo que se puede ver reflejado en su casco histórico en el centro mismo de la ciudad. Explicó que las principales actividades realizadas por los visitantes consisten en caminatas durante el atardecer y paseos en lanchas por el lago Ypacarai así como la práctica de deportes acuáticos.
Uno de los lugares emblemáticos de la ciudad es el mirador Bella Vista, donde se encuentra la Virgen Nuestra Señora de la Aparecida y desde donde se puede observar el paisaje del lugar. Cerca del sitio también se ubica la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, una antigua iglesia muy bella, y no tan lejos, el anfiteatro José Asunción Flores, que organiza fiestas constantes a lo largo del verano.
Así también, el municipio posee una ciclovía llamada Víctor Rubén Dumot situada a orillas del lago, además del Paseo de los Ilustres donde está el Monumento al Soldado Desconocido junto a monolitos con los nombres de primeros administradores de la colonia. Por su parte, la Casa Hassler, también denominada casa de la cultura, dispone de un museo que expone artículos pertenecientes a los primeros colonos alemanes que habitaron la localidad y en enero desarrolla exposiciones y espectáculos artísticos de todo tipo para los visitantes.
“San Bernardino es tradicionalmente la capital del verano y el turismo es una de las fuentes de ingreso de la población, tal es así que nosotros, los sanberdinenses, no veraneamos de diciembre a febrero sino que trabajamos porque es el momento en el que hay más movimiento de gente, de modo que la población trabaja bastante. En esta temporada se habilitan muchos comercios, mayormente gastronómicos, y lo que la municipalidad pide es que se contraten personas locales para esos trabajos temporales”, expresó Naumann.
Asimismo, a orillas del lago están dispuestas un grupo de casillas destinadas a la venta de todo tipo de artesanías, lugar en el que varios artesanos de la zona exponen sus productos para turistas.
Sobre la cantidad de visitas que reciben durante el verano, Naumann manifestó: “En San Bernardino somos aproximadamente 12.000 habitantes y en temporada alta cuando están todas las familias, la población aumenta a 50.000 e inclusive, si hay algún espectáculo de gran envergadura, el número asciende a 70.000 personas, a veces hasta 100.000, más desde que tenemos la ruta directa Luque-San Bernardino, lo que hace el tráfico más fluido que por ruta 2, desde Luque se puede llegar en 30 minutos”. Añadió que el movimiento en la ciudad no se da solo los fines de semana sino que es constante.
Respecto al hospedaje, comentó que cuentan tanto con hoteles de diversos precios como hostales desde G.100.000 y posadas más económicas.
Así se mueve la capital del verano en temporada alta
Durante esta temporada el viaje a San Bernardino es un clásico para miles de paraguayos que llegan a la antigua ciudad en busca de un cambio de ambiente y con la intención de disfrutar sus atractivos. Hablamos con Gilda Naumann, secretaria de cultura del municipio, quien nos contó cómo se vive la estación veraniega en la localidad.