El ministro del MAG, Carlos Giménez, explicó a InfoNegocios que el plan tiene como punto de partida unas 28 hectáreas de cultivo, enfocadas en la variedad de ajo de cuello duro (variedad Ito), con mejoras sustanciales en tecnología y genética. "Estamos reactivando este rubro con tecnología completamente distinta a la de hace décadas, nutriendo el suelo adecuadamente y utilizando semillas certificadas. Además, se incorporó un sistema de riego eficiente con pozos y motobombas, lo que permitirá enfrentar mejor el estrés hídrico", señaló Giménez.
El proyecto también contempla la mecanización del proceso de siembra, lo que duplicará la cantidad de semillas por hectárea, pasando de 180.000 a 350.000 plantas. Esta eficiencia permitirá alcanzar un volumen de producción significativamente superior al de años anteriores, lo cual es crucial para mejorar la rentabilidad del cultivo y recuperar la competitividad del ajo paraguayo, tanto en el mercado interno como en el externo.
En total, se invirtieron más de G. 3.100 millones en insumos, infraestructura y asistencia técnica. Los comités de productores de Santa Librada y Eraty fueron los principales beneficiarios, recibiendo kits completos de producción, fertilizantes, bioinsumos, insecticidas, fungicidas y sistemas de riego. A esto se suma la instalación de un sistema de agua potable con un tanque de 15.000 litros, elevado sobre una estructura metálica de 12 metros de altura, que garantizará el abastecimiento hídrico de las fincas.
Giménez enfatizó que el ajo es un cultivo altamente rentable, especialmente para pequeños productores, y que su revitalización representa una oportunidad real para la agricultura familiar. “El pequeño productor también tiene que ser agroexportador. Estamos trabajando para que el ajo vuelva a ser un producto de bandera para nuestro país”, afirmó.
La meta inicial del plan es ambiciosa: cubrir al menos el 30 % de la demanda interna en el primer año. Aunque aún es pronto para hablar de autosuficiencia, el MAG prevé que en los próximos dos o tres años se podría avanzar significativamente hacia ese objetivo, siempre y cuando se mantenga el acompañamiento técnico y el acceso a insumos de calidad.
El plan del ajo se enmarca en una estrategia más amplia del MAG, que ya ha tenido buenos resultados en otros rubros. En el caso del tomate, por ejemplo, se implementó un sistema de cultivo que permitió abastecer el mercado nacional durante todo el año. A raíz de este éxito, recientemente se solicitó la suspensión temporal de las importaciones de tomate debido a la alta producción local. La experiencia también sirvió para reactivar las exportaciones hacia Argentina a finales de 2024 e inicios de 2025, aunque actualmente estas se encuentran pausadas por falta de volumen, situación que se espera revertir a partir de agosto de este año.
Además del ajo y el tomate, Paraguay también comenzó a exportar zapallo a Uruguay, y se están ultimando los detalles para la habilitación de exportaciones de repollo. Estos logros reflejan un renovado dinamismo en el sector agrícola nacional, que ahora apuesta por diversificar su producción con una visión estratégica orientada al mercado.
Con este tipo de proyectos, el MAG busca no solo aumentar la productividad y calidad de los cultivos, sino también garantizar ingresos sostenibles para los productores familiares, transformándolos en protagonistas del comercio agroexportador nacional.