“El sector ovino, en lo que respecta a volumen de criadores y de animales registrados, así como el consumo de la carne, se encuentra en alza. Se trata de una tendencia positiva que venimos arrastrando desde hace más de dos años. Si bien, el 2020 fue un año duro, la pandemia no nos afectó en casi ningún aspecto, ni en consumo ni en registro de animales ni en mejoramiento genético, ni en exportación ni en interés”, manifestó.
Señaló que el precio de la carne ovina también se mantiene estable desde hace un buen tiempo, sin sufrir descensos significativos que puedan perjudicar al productor. “Nuestro precio es sostenido, históricamente nunca bajó ni tiene esas variaciones que de repente sufre el ganado bovino, en ese sentido estamos conformes”, resaltó.
No obstante, indicó que sí existe una carencia en el rubro que es necesaria remediar y es la falta de industrialización. “No tenemos capacidad industrial, estamos todavía dentro de la artesanía, pasando un poquito por lo industrial con algunos productos y cortes premium, pero hasta ahí. Es un faltante que tenemos, la pieza clave que necesitamos para continuar evolucionando”, afirmó.
“Y este 2021 apuntamos justamente a definir nuestro norte, si seguimos con esa dependencia o si nos embarcamos en el objetivo de involucrar a la industria. Necesitamos de este jugador, que es la industria, para que entre a poner la vara, a marcar los estándares, a darle valor agregado y a estimular al productor para que haga una inversión más fuerte y una apuesta más profesional al rubro”, añadió.
En ese sentido, remarcó que solo hace falta el componente industrial puesto que el componente genético, el productor ya lo tiene. “El criador ya está entrenado, de por sí el ganadero paraguayo o el ovinocultor, en este caso, maneja a la perfección ese formato. Además, hay que sumarle a eso que contamos con un país con excelentes condiciones climáticas, zonas de pastos, zonas de granos, tenemos todo. Solo nos está faltando la industria, para que la demanda pueda ser constante y el productor pueda asegurar la venta”, reiteró.
Hato ovino
En cuanto a la producción ovina actual precisó que, según estamentos y fuentes oficiales, oscila entre 700.000 a 800.000 cabezas. “Pero, yo, particularmente, creo que existe el doble, porque, así como hay productores que declaran la cantidad de animales que tienen, hay otro porcentaje que no lo hace y tienen igual o mayor cantidad”, especificó.
“La ovinocultura en Paraguay ha crecido mucho en los últimos años. En lo que se refiere a la comercialización del ganado podemos decir que se vende todo. No hay productor que se quede con animales de campo si hablamos de consumo. El rubro de alimentos está en estos momentos muy carente de esta proteína, porque todos los días recibimos pedidos y los que somos parte del rubro también estamos, todos los días, generando producto para cubrir la demanda. Si bien están cerrados aún algunos restaurantes que eran los lugares de promoción de los platos premium de la carne de cordero, a raíz de la pandemia, jamás paró el consumo, las ventas siguieron y la demanda se mantiene igual hasta fecha”, expresó.