En el marco del sexto Foro de los Gobiernos Subnacionales del Corredor Bioceánico Paraguay y Mato Grosso Do Sul reforzaron su integración energética con nuevo entendimiento sobre gas natural. Al respecto, Rodrigo Maluff, viceministro de Comercio comentó que, este acuerdo se centra en el desarrollo conjunto de proyectos energéticos, en particular, un gasoducto que podría convertirse en una pieza clave en la integración energética.
Según Maluff, uno de los objetivos fundamentales de este acuerdo es que Paraguay se posicione dentro de la red energética regional, permitiendo el abastecimiento de gas natural a Brasil, aprovechando el potencial de nuevas infraestructuras que podrían dinamizar sectores claves de la economía nacional.
“Este gasoducto representa una vía de conexión para el gas natural, y una puerta de entrada para un conjunto de proyectos industriales que atraerán miles de millones de dólares en inversiones", destacó el viceministro.
Uno de los principales beneficios que se visualizan a partir de la construcción del gasoducto es la posibilidad de activar sectores industriales clave en el Chaco paraguayo, una región con un enorme potencial, pero aún subexplotada en términos de infraestructura. “Este gasoducto puede dinamizar la inversión extranjera en la exploración de petróleo en el Chaco, y a su vez, ser el catalizador para la instalación de una fábrica de urea para la fabricación de fertilizantes en esta región”, señaló Maluff.
Maluff estimó que la construcción del gasoducto podría atraer hasta US$ 2.000 millones en inversión. “La llegada de este tipo de inversión es fundamental para el crecimiento económico del país. Un gasoducto de estas características aparte de exportar gas natural a Brasil, abrirá nuevas posibilidades para proyectos industriales y logísticos”, aseguró.,
Este gasoducto también tiene el potencial de convertirse en una infraestructura crítica para la generación de energía eléctrica en la región, lo cual puede mejorar la competitividad de Paraguay en el mercado energético regional. El hecho de contar con un sistema de transporte eficiente y confiable de gas natural puede ser un factor decisivo para atraer nuevas industrias a Paraguay, ya que garantiza una fuente energética accesible y sostenible.
Otro aspecto destacado por Maluff es el hecho de que el gasoducto no solo beneficiará el gas proveniente de yacimientos ya existentes, sino que permitirá integrar nuevas exploraciones de gas natural en el Chaco. “Vale decir que, con un gasoducto funcional, cualquier futura exploración de gas en el Chaco que tenga éxito podrá conectar sus moléculas directamente al mercado brasileño”, explicó Maluff.
En cuanto a los desafíos y dificultades, Pedro Balota, expresidente de Copesagas consideró que, si bien el gasoducto traerá ciertos beneficios para el país, dijo que estos estarán limitados a la construcción de la obra y al impacto económico en las zonas por donde pase la tubería. “En alguna medida, todos en Paraguay se van a beneficiar, sobre todo en términos de empleo durante la construcción, porque es una obra millonaria”, mencionó.
Otro aspecto que consideró clave es la necesidad de asegurar que las empresas paraguayas también se beneficien del proyecto, en lugar de que todo el transporte y la logística queden en manos de firmas extranjeras.
Balotta también destacó que, en el mediano plazo, Paraguay deberá buscar alternativas para su matriz energética, dado que la energía de Itaipú podría alcanzar su límite en los próximos 10 a 12 años. “Cuando llegue ese momento, ya no dependeremos tanto de las represas y el gas podría ser una opción, como ya ocurre en otros países”, señaló.
En cuanto al futuro del sector gasífero en Paraguay, Belotta demostró que su crecimiento será lento y sin grandes innovaciones. “El gas domiciliario va a seguir evolucionando de manera normal, en la medida en que crece la población, pero sin un gran salto en el consumo”, explicó.