El 19 de junio se recuerda el Día del Árbol, una fecha que invita a reflexionar sobre el valor ambiental, social y económico de los recursos forestales. En Paraguay, más allá de su simbolismo, el árbol representa una oportunidad concreta de desarrollo. El sector forestal no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental a través de la reforestación y la captura de carbono, sino que también genera empleo, impulsa exportaciones y abre puertas a nuevos modelos de inversión responsable.
Marco Riquelme, viceministro de Industria del MIC, señaló en su momento que “uno de los ejes de trabajo para nosotros definitivamente es el mapeo y el crecimiento forestal industrial en el país”.
Según estimaciones de la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), el sector forestal podría atraer inversiones por más de US$ 15.000 millones. Actualmente, una de las apuestas privadas más importantes del país proviene precisamente de este rubro: se trata de la planta de celulosa Paracel, que prevé una inversión cercana a los US$ 4.000 millones.
En palabras de Riquelme, uno de los ejes clave en los que debe trabajar el Gobierno es el desarrollo de productos financieros que permitan al sector privado animarse a invertir en la siembra de árboles. A diferencia de otros cultivos como la soja, que generan liquidez cada año, la forestación requiere un período de espera de siete u ocho años, lo que —según el viceministro— “demanda un acompañamiento financiero que facilite la maduración de estos proyectos”.
Ante la necesidad de desarrollar mecanismos financieros para este sector, la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) se encuentra trabajando en el diseño de un fondo de garantía específico para el sector forestal. Los créditos vía AFD de este rubro han crecido en demanda, aumentando un 1.700 % en abril.
A nivel privado, también se encuentran propuestas que canalizan capital hacia este rubro con visión de largo plazo. Es el caso de Cadiem Fondos, con su fondo de inversión Fondo Eco Forestal I, que está orientado a la plantación de eucaliptos para uso industrial, con un horizonte de inversión de 10 años. El proyecto abarca unas 1.900 hectáreas en la ciudad de Moisés Bertoni y cuenta con la participación de aproximadamente 100 inversionistas, con una inversión total de G. 43.000 millones.
Según detalló César Paredes, presidente de Cadiem Fondos, la iniciativa surgió tras una serie de estudios técnicos y de mercado, con el objetivo de ofrecer a los clientes una alternativa de inversión sostenible, alineada con la creciente necesidad de madera para industrias de laminados. Aunque en un principio se planteó la exportación directa, el escenario cambió con la instalación de una industria extranjera en la zona de Caazapá que comenzó a procesar madera local, lo que transformó al fondo en un catalizador para el desarrollo industrial regional.
Además del impacto financiero, el fondo tiene un fuerte componente social: genera empleo para unas 120 familias, que trabajan en tareas de poda, limpieza y cuidado de la plantación. También incorpora un modelo silvopastoril, en el que se alquilan partes del terreno para pastura de ganado, con unas 2.500 cabezas actualmente en la zona. Si bien el ingreso del ganado no forma parte del retorno directo del fondo, demuestra cómo un proyecto forestal puede dinamizar economías locales, transformar terrenos improductivos y crear un ecosistema económico con impacto social positivo.
“Nosotros arrancamos el fondo hace tres años; el sector forestal no tenía el empuje que tiene hoy. Hoy es un sector muy dinámico de la economía, gracias principalmente a la inversión que está haciendo la gente de Paracel, que es prácticamente plantaciones para la industria de celulosa. Gracias a eso, hoy todo el sector tiene más financiamiento”, destacó Paredes.
El representante de Cadiem adelantó que están trabajando en la posibilidad de generar créditos de carbono a partir de sus proyectos forestales, considerando la significativa captura de carbono que se produce al transformar los árboles en productos industriales como muebles, puertas o ventanas, donde el carbono permanece almacenado por largo tiempo.
Créditos de carbono
En los últimos meses, Paraguay ha dado pasos importantes para posicionarse en el mercado global de créditos de carbono. En marzo de 2025 se reglamentó la Ley 7.190/23 mediante el Decreto Nº 3369/25, que estableció un marco legal moderno para generar, registrar y comercializar créditos bajo estándares internacionales.
A esto se suma que, a finales de mayo, Paraguay y Singapur suscribieron un Acuerdo de Implementación para la cooperación en proyectos de créditos de carbono. Según el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) y estimaciones oficiales, Paraguay podría exportar entre US$ 250 y 500 millones al año en créditos de carbono, basados en una captura estimada de 5 millones de toneladas de CO2.