La creación de los murales comenzó con una convocatoria abierta que atrajo a más de 50 artistas de todo el país. Tras un proceso de selección, se eligieron a seis muralistas destacados: Maccarena Marc, Rhania Pankow, Raya de Río, Noemí Ortega, Marcus Iglesias y Enzo Ibarra. Bajo la coordinación del colectivo Estudio 8, los artistas desarrollaron una propuesta conjunta que integró diversas técnicas y estilos, aportando una riqueza visual y conceptual a las obras.
La iniciativa fue posible gracias al apoyo del Centro Cultural del Puerto de Asunción, la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), la embajada de Alemania en Paraguay, la Fundación Itaú Paraguay, el colectivo Estudio 8 y Suvinil. El proyecto incluyó la realización de dos murales ubicados en el puerto.
Mural del Acceso Principal: Este mural de estilo figurativo relata la historia del puerto a través de una representación detallada de diversas embarcaciones que transitaron por sus aguas a lo largo de los años. Inspirado en charlas con historiadores y críticos de arte, refleja el rol fundamental del puerto en la inmigración, el comercio y la navegación, así como el esfuerzo de los trabajadores portuarios. Cada elemento del mural fue cuidadosamente diseñado para capturar la esencia histórica del lugar y su conexión con la comunidad.
Mural del Embarcadero: En contraste con el mural principal, esta obra adopta un enfoque abstracto, utilizando una paleta cromática que transita de tonos cálidos a fríos a medida que las escaleras descienden hacia el río. Este cambio gradual de colores simboliza la transición entre la ciudad y el agua, creando una experiencia visual que invita a la reflexión. Una intervención específica, que actúa como firma del equipo artístico, agrega un toque distintivo a la obra.
“El desarrollo de los murales fue un trabajo intensivo que requirió planificación y coordinación minuciosa. El mural del acceso principal se completó en dos semanas, mientras que el del embarcadero se ejecutó en solo cuatro días. En ambos proyectos participaron los seis artistas seleccionados, junto con tres miembros del equipo de Estudio 8, quienes aportaron su experiencia en la ejecución y montaje de las propuestas” explicó Centurión.
El proceso incluyó reuniones colaborativas, investigaciones históricas y talleres creativos, lo que aseguró que las obras capturaran tanto la visión individual de los artistas como la identidad colectiva del puerto.
El Puerto de Asunción se está posicionando como un punto neurálgico en la revitalización del casco histórico de la ciudad. Este espacio busca ser un lugar donde la historia y la modernidad coexistan a través de manifestaciones culturales diversas, como exposiciones, eventos y actividades comunitarias.
“La creación de murales colaborativos embellece el espacio, e igualmente permite a los artistas locales conectare con la historia del puerto, aportando una perspectiva contemporánea que fortalece la identidad de la ciudad", afirmó Centurión.
Estos murales, además de ser un atractivo turístico, se convierten en un puente entre el pasado y el presente, promoviendo el redescubrimiento del puerto como un espacio de encuentro cultural.
Según Centurión, el mural del acceso principal, en particular, generó admiración por su riqueza histórica y nivel de detalle. Además, cuenta con una placa con código QR que permite a los visitantes acceder a un texto curatorial que explica el significado y contexto de las obras, enriqueciendo la experiencia de quienes se acercan a disfrutarlas.
Otro de los murales más impactantes es el del Parque Urbano. La organización sin fines de lucro Mapa Abriendo Caminos llevó a cabo un proyecto monumental en el Parque Urbano de Asunción: la creación de un mural que se erige como símbolo de colaboración y compromiso comunitario. Este proyecto, aprobado mediante una resolución oficial, fue seleccionado entre 10 opciones disponibles, destacándose por su enfoque en la participación ciudadana y la preservación del patrimonio urbano.
El mural es el resultado de cinco meses de trabajo, en los que participaron más de 200 niños de diferentes comunidades. Estos talleres fueron guiados por maestros artesanos de Areguá, quienes transmitieron sus conocimientos en la creación de piezas de cerámica. Cada niño contribuyó con piezas inspiradas en la biodiversidad local, representando la fauna y la flora del Banco San Miguel, la Bahía de Asunción y la Cuenca del Lago Ypacaraí.