Desde el 2018, las patinetas eléctricas pasaron a formar parte de los diversos medios de transporte y son catalogadas como vehículos de movilidad personal. Estos móviles, según varias publicaciones, pueden soportar dependiendo de la marca hasta 150 kg, mientras que su velocidad va desde los 10 km/h a 40 km/h, y en cuanto a autonomía de la batería, de acuerdo a un artículo de Xataka, lo normal es encontrar modelos que oscilan en torno a los 15 a 30 km, en tanto que el tiempo de carga podría ir a partir de 2 horas considerando el tiempo que se planea utilizar.
Entre los beneficios planteados respecto a su uso, los usuarios alegan la sostenibilidad del medio ambiente, al dejar de lado los vehículos a base de combustible, también la comodidad, al ser bastante práctica por su tamaño (algunas son plegables), el bajo consumo energético (1 kWh por cada 100 km), y por la facilidad de adquisición o alquiler, como lo plantean en una nota de El País. Asimismo, señalan que la empresa de alquiler de estos dispositivos, Lime superó los 1,5 millones de viajes en dicha nación y más de 100 millones en otros 30 países, del mismo modo surgieron compañías integrales de control y mantenimiento para facilitar el servicio.
Sin embargo, al mismo tiempo, surgió oposición a las patinetas eléctricas por parte de vecinos que consideran un peligro su tránsito en las aceras al circular con peatones y ocupar espacios públicos, de modo que esto obligó a ciertos municipios tanto de España como otros países europeos, a restringir su utilización, tal es el caso de París, en Francia, donde se prohibió estacionar las patinetas en las veredas además de limitar el número de vehículos y de operadoras con el fin de aumentar la vigilancia, esto debido a la gran cantidad de usuarios. La capital francesa cuenta con casi 20.000 patinetas eléctricas, conforme a lo publicado en El País.
Otros ejemplos son Alemania, que desde julio exige una edad mínima de 14 años y un seguro, limita la velocidad a 20 km/h y su uso a carriles para bicicletas. Por su parte, Austria, Bélgica, Finlandia, Noruega, Portugal y Suecia han aplicado la misma regulación que para las bicicletas y limitaron las potencias permitidas, indica el diario citado anteriormente.
En Latinoamérica, México es una de las ciudades en donde marcas como Grin, Lime y Bird ofrecen estos vehículos para uso compartido y de la misma manera que en España, posee problemas en cuanto a su reglamentación. Otro ejemplo es Cali, en Colombia, que este año recibió 1.000 patinetas también de la empresa Lime, con el objetivo de ofrecer una nueva forma de movilidad a sus habitantes, según el portal 90 Minutos.
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