Ubicada en el distrito de Ypekaʼe, sobre el desvío Alberdi–Villeta, la planta de Paciva posee una capacidad dinámica de procesamiento de 60.000 toneladas anuales, de las cuales aproximadamente la mitad se encuentra en operación. “Somos acopiadores y prestadores de servicios industriales. No producimos arroz, pero sí lo transformamos con calidad y precisión”, explicó Aquiles Giménez, gerente general de la firma.
A medida que crecía la cuenca arrocera en la región de Santiago, pasando de 8.000 a más de 90.000 hectáreas cultivadas en pocos años, Paciva fue ajustando su infraestructura. Inició con silos de almacenamiento para 15.000 toneladas, llegó a 30.000 y ahora se encuentra en plena ampliación para alcanzar las 45.000 toneladas estáticas, lo que acompañará su proyección de procesar a plena capacidad en los próximos años.
El diferencial de la empresa no solo está en el volumen o en la eficiencia. Su apuesta por la calidad la llevó a obtener certificaciones internacionales como HACCP e ISO 9001, fundamentales para ingresar a mercados más exigentes. Hoy Paciva comercializa su marca en góndolas chilenas, provee arroz a granel a empresas brasileñas y se encuentra en negociaciones para exportar a países europeos como Portugal y Alemania. Ya incursionó incluso en mercados como Albania y Centroamérica.
Uno de los desarrollos más innovadores es el arroz fortificado, un producto que combina harina de arroz con micronutrientes y que se vuelve a formar en grano mediante extrusión. “Fuimos la primera empresa en Paraguay en obtener el registro sanitario para vender arroz fortificado. Tardamos tres años en lograrlo”, resaltó Giménez. Esta línea se perfila como una puerta de entrada a nichos de mercado orientados a la salud y la nutrición.
La empresa también ofrece servicios a terceros: desde procesar hasta envasar arroz para marcas locales que buscan externalizar su operación. Este modelo mixto le ha permitido diversificar ingresos y aprovechar mejor su capacidad instalada. “El servicio puro, sin materia prima, es más rentable. Pero nuestro objetivo es combinar venta de arroz y servicios industriales”, detalló el gerente.
Paciva proyecta cerrar 2025 con contratos activos por unas 50.000 toneladas, entre ventas y servicios. Las inversiones no se detienen: este año prevé desembolsar más de US$ 3 millones en nuevas máquinas y ampliaciones. Todo, según afirma Giménez, sin tomar un solo dólar de deuda externa.
Con apenas 40 empleados y una planta de 10 hectáreas sobre un terreno total de 72, Paciva demuestra que es posible competir con estándares internacionales desde Paraguay, transformando un producto agrícola tradicional en una oferta agroindustrial de clase mundial.
Industria arrocera en expansión: cómo una planta paraguaya desafía al mercado regional
(Por SR) En un país donde la producción arrocera creció exponencialmente en la última década, la industria procesadora de arroz empieza a marcar la diferencia entre vender materia prima y agregar verdadero valor. Ese es el caso de Paciva SA, una empresa que en apenas seis años logró consolidarse como un referente del sector arrocero nacional, con fuerte presencia en los mercados de Chile y Brasil, y un ambicioso plan de expansión hacia Europa.
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