La décima edición del informe sobre la disparidad en las emisiones de ONU Medio Ambiente sostiene que los últimos 10 años, en conjunto, los países no lograron poner freno al aumento de emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) lo que significa que actualmente es necesario reducciones más drásticas y en menos tiempo. No obstante, resalta que a pesar de las conclusiones desalentadoras también se produjeron diversos avances esperanzadores y está aumentando el interés político respecto al cambio climático en varios países, con votantes y manifestantes, sobre todo jóvenes, quienes dejan claro que es su prioridad principal. Además, las tecnologías diseñadas para una reducción de emisiones rápida y rentable mejoraron considerablemente.
De acuerdo al análisis, las emisiones de gases de efecto invernadero van en aumento, a pesar de las advertencias de los científicos y de los compromisos políticos. Durante la última década, las emisiones de GEI ascendieron a un ritmo del 1,5% anual y solo se mantuvieron estables brevemente entre 2014 y 2016, mientras que en el 2018, englobando las que derivan del cambio del uso de la tierra, alcanzaron una cifra sin precedentes: 55,3 GtCO2e (gigatoneladas de CO2). El mismo año, las emisiones de CO2 de los combustibles fósiles destinados al consumo de energía y a los procesos industriales, que constituyen la mayor parte del GEI, aumentaron en un 2% y se situaron en 37,5 GtCO2e al año, un nivel nunca visto.
El reporte señala que los países miembros del G20 generan el 75% de las emisiones de GEI a escala mundial, siendo los principales productores China, Estados Unidos, la Unión Europea, India, Rusia y Japón, en dicho orden, y aunque la cifra de naciones que anunciaron su intención de reducir sus emisiones netas de GEI a cero antes de 2050 está aumentando, en la actualidad solo unos pocos han presentado formalmente sus estrategias a largo plazo ante el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Como lo advierte el informe, aún con los compromisos climáticos actuales, el mundo se dirige a un aumento de temperatura de 3.2°C a fines de siglo. Para limitar el ascenso continuo se requieren 15 gigatoneladas de CO2 equivalente menos para la meta de 2°C, y 32 gigatoneladas de CO2 equivalente menos para la meta de 1.5°C, esto implica que son necesarios recortes en las emisiones de 7,6% anual entre 2020 y 2030 para cumplir con el objetivo de 1.5 °C y de 2,7% anual para el objetivo de 2°C.
Asimismo, agrega que el próximo año todas las naciones deben aumentar sustancialmente la ambición en sus CDN (contribuciones determinadas a nivel nacional), y dar seguimiento a las políticas y estrategias para implementarlas. El estudio argumenta que hay soluciones disponibles para hacer posible el cumplimiento de los objetivos acordados en París, pero no se están implementando a la velocidad requerida ni a una escala suficiente.