La terapia de flotación, también conocida como Restricción Sensorial Ambiental (RSE), es una experiencia de relajación profunda que está ganando cada vez más reconocimiento a nivel internacional. Consiste en ingresar a una cápsula o tanque cerrado, lleno de agua con una alta concentración de sales Epsom (sulfato de magnesio), donde el cuerpo flota sin esfuerzo. El agua se mantiene a temperatura corporal y el ambiente elimina estímulos externos como la luz y el sonido. El resultado es una sensación de ligereza total que ayuda a desconectar por completo del estrés cotidiano.
Este tipo de terapia promete beneficios tanto físicos como mentales. Ayuda a reducir los niveles de estrés, mejora la calidad del sueño, alivia los dolores crónicos causados por enfermedades óseas y acelera la recuperación muscular, por lo que también es muy utilizada por deportistas de alto rendimiento. Además, favorece la claridad mental, la concentración y la creatividad. Al eliminar casi por completo los estímulos externos, el cerebro entra en un estado similar al de la meditación profunda, lo que contribuye a un mayor bienestar emocional y a la reducción de los síntomas de ansiedad y otros trastornos psicológicos.
Está especialmente recomendada para personas con altos niveles de estrés laboral, quienes sufren insomnio, pacientes con dolores musculares persistentes, deportistas en fase de recuperación. También es una opción para quienes practican mindfulness o buscan una pausa profunda dentro del ritmo acelerado de la vida moderna.
Los efectos positivos fueron avalados por publicaciones diversas, tales como BMC Complementary and Alternative Medicine (2018), Pain Research and Management (2016), Journal of Clinical Psychology (2018) y Stress and Health (2020), entre otros.
Lo que distingue a esta terapia de otras técnicas de relajación es su capacidad de generar una desconexión casi total del entorno. A diferencia de un masaje, un sauna o una clase de yoga, la terapia de flotación actúa simultáneamente a nivel físico y mental. La persona queda en un estado de suspensión que le permite liberar tensiones acumuladas sin hacer esfuerzo alguno. No obstante, la experiencia podría no ser la mejor opción para personas que sufran claustrofobia. Ante cualquier condición médica preexistente, es mejor consultar a un profesional médico.
En Paraguay, esta terapia está llamando la atención de profesionales del bienestar y la fisioterapia. La tendencia internacional apunta a una creciente incorporación de cápsulas de flotación en clínicas, spas y gimnasios de alto nivel. Es posible acceder a la experiencia en lugares como RestAura y The Float.
En un mundo cada vez más conectado, ruidoso y exigente, la terapia de flotación aparece como una oportunidad para volver al equilibrio, al silencio y al cuidado del cuerpo desde un enfoque integral. Una tecnología del bienestar que podría convertirse pronto en una de las alternativas preferidas por quienes buscan una pausa real, sin distracciones.