El BM sostiene que el modelo de innovación estadounidense deja tres enseñanzas que pueden ser útiles para los países de ingreso mediano. Paraguay hoy integra el grupo de las naciones con ingreso medio bajo, aunque el buen desempeño macroeconómico de los últimos años abre la posibilidad de subir un escalón.
En primer lugar, dice el BM hoy la innovación está liderada por las grandes empresas establecidas, que con su escala, recursos y acceso al talento, son ahora la fuerza predominante en esa materia.
En segundo lugar, concluye, se encuentra el atraer y fomentar el talento, dondequiera que se encuentre. “En la actualidad, los países de ingreso mediano necesitan ampliar el acceso a las competencias básicas. Deben lograr que se gradúen más estudiantes de la escuela secundaria con el propósito de ampliar y desarrollar la reserva de talento”, asevera el artículo.
En tercer lugar, apunta que se debe crear un mercado para la difusión de la innovación. El mercado secundario de las innovaciones, como la reventa de patentes o la concesión de licencias, es tan importante como la propia innovación”, recomienda.
Cómo estamos hoy
“Los números son realmente catastróficos. Casi el 80% de los estudiantes está por debajo del nivel de aplazo. Ahí tenemos un problema de base, porque el stock de talento es relativamente pequeño. Y estamos hablando de la base”, afirmó Yan Speranza, rector de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL).
El experto destacó que el sistema educativo paraguayo no proporciona a los estudiantes la base suficiente para desarrollar su capacidad de razonamiento, o su capacidad para resolver problemas.
La buena noticia, dijo Speranza, es que gracias al Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI), Conacyt ya recibió alrededor de US$ 200 millones desde el 2013, lo que generó “un despegue importantísimo” de la ciencia en Paraguay.
“Hubo recursos para que varias organizaciones y universidades pudiesen hacer investigación. Y la investigación está muy vinculada a la innovación. La investigación, de alguna manera, te conduce a descubrir nuevas oportunidades, nuevas formas de hacer las cosas. Eso es positivo, pero hay que seguir fortaleciéndolo”, agregó.
Speranza destacó que el ecosistema de innovación se desarrolla, principalmente, en el sector privado, pues es este el que va identificando oportunidades, incorpora tecnología, y determina nuevas formas de hacer las cosas.
No obstante, en Paraguay “tenemos empresas que todavía están bastante atrasadas en el proceso de transformación digital; todavía le estamos sacando muy poco jugo al tremendo desarrollo tecnológico que ha tenido el mundo en las últimas décadas, y recién estamos investigando sobre inteligencia artificial”.
Si bien este es un tema pendiente en el país, la capacidad que tiene el sistema y el sector privado de generar mayor innovación depende del stock de talento disponible. “Y el stock de talento, como decía, es todavía muy pequeño en Paraguay. Ahora están volviendo los que fueron becados por Becal, y son más de 2.500 personas. Y mucha otra gente que está yendo afuera y está volviendo. Entonces, de a poco, eso va a ir generando mejores oportunidades”, apuntó Speranza.
Añadió que el país en este terreno se encuentra mejor que antes, pero todavía atrasado en relación a lo que se necesita. “Y sobre todo en relación a las enormes posibilidades que tiene Paraguay. Pero tenemos que invertir mucho más en educación para tener un mayor stock de talento”, remarcó.