Para Royg el apoyo a los sectores más vulnerables contemplado en el plan de emergencia fue insuficiente y lamentó que la gestión de recursos no se haya realizado con transparencia.
Hablando conceptualmente, ¿las medidas económicas del Gobierno fueron aceptadas?
La economía tiene tres momentos, la crisis como tal, la reactivación de las actividades económicas con las mismas condiciones y un momento de repensar la estructura. Las medidas de prevención a nivel sanitario fueron acertadas y se realizaron en el momento adecuado.
En cuanto al control del gasto público y transparencia no se puso el suficiente empeño para gestionar bien los recursos económicos. Sobre las medidas económicas puedo decir que estuvieron bien encaminadas, pero no fueron del todo óptimas en sus ejecuciones.
¿En qué aspectos específicamente?
Se tendría que haber apuntado principalmente a las mipymes y a los sectores con vulnerabilidad que no están registrados en los programas existentes de subsidios existentes, como la gente con discapacidad, población indígena, sector rural, entre otros. También creo también que el nivel de comunicación de las medidas económicas no fue el adecuado, no se involucró a los actores y por ende no se sienten parte del proceso de implementación de las políticas públicas.
¿Por qué el acceso a crédito se da de forma lenta?
Es el precio que pagamos por tener una alta informalidad y un sector público poco tecnologizado, que hace poco trabajo de inteligencia de datos. El sector público tiene poca información cruzada y dejó todo en manos de mecanismos indirectos como el sistema financiero, que es el que está entregando los recursos.
En el contexto que tenemos el sistema financiero es muy cuidadoso y por eso el sector público tendría que generar instrumentos directos para implementar sus medidas y llegar a más personas y más empresas. Hay que adaptar rápidamente los procedimientos, registrar a la población informal, ingresarla al Simple o Resimple y así obtener nueva información.
¿Qué podrías objetarle al sistema financiero?
El problema del crédito no es el qué sino el cómo. En este contexto de incertidumbre tenemos que generar mayores garantías y en nuestro caso el problema no radica en la existencia o no de un fondo de préstamo o de garantía, sino en la forma en la que se implementan estos fondos.
El presidente de la AFD dijo que probablemente aumentar la tasa de interés de los créditos serviría para que haya mayor dinamismo en las aprobaciones, ¿estás de acuerdo con eso?
Ese es un mecanismo de mercado en un contexto de normalidad, generar un instrumento financiero y que el mercado establezca los costos vinculados. La consecuencia de eso será tener tasas elevadas y no es lo adecuado en un contexto de crisis porque la crisis es permanente para los sectores más vulnerables. En un contexto como este hay que apostar a instrumentos extraordinarios.
¿El Fogapy es efectivo?
Sí, porque les da garantía a las pequeñas empresas. Lo que ocurre es que existe incertidumbre con respecto al futuro, el riesgo económico de las entidades financieras es muy alto, por lo que necesitan que se elimine ese riesgo aparte de darles garantías.
¿Cuáles son los puntos centrales a tener en cuenta para la reactivación económica?
Hay que potenciar las pequeñas y medianas empresas, insistir en la formalización y crear nuevos polos de desarrollo. No debemos quedarnos con Asunción, Ciudad del Este y Encarnación, hay que lograr que otros territorios se consoliden para hacer frente a la situación actual o de lo contrario vamos a tener una mayor concentración de generación de valor económico.
A mediano plazo, ¿qué reformas deberían hacerse?
La pandemia nos demostró que es urgente hacer una reforma administrativa del sector público y una reforma normativa del Estado. Tenemos que cambiar hoy el sector público porque debemos tener educación y salud de calidad. Asimismo, debemos extirpar el gran cáncer de la corrupción porque ahí hay destrucción de valor social y económico.
Por otro lado, el mundo va a cambiar y necesitaremos empresas más solventes, tecnologizadas y con sofisticación de sus negocios. Más allá de las inversiones que lleguen al país, quedó demostrado con la pandemia que las cadenas de producción deben ser más cortas y por eso se tiene que potenciar la capacidad de producción local y esto implica que el Estado sea eficiente, lo que no significa que deba ser más chico.
¿Qué podría implementarse con respecto a la seguridad social?
Es oportuno crear un seguro de desempleo, pero la reforma que se debe hacer es separar las jubilaciones de las pensiones. El IPS se tiene que separar porque todo el mundo quiere echarle mano a los fondos para financiar otras cosas y eso no está bien.
Hace unos años se usó los fondos para construir hospitales y ahora el presidente de IPS dijo que quieren usar los fondos para pagar salarios. Eso no está bien, debe cubrirse con fondos de salud, por eso hay que separar las jubilaciones de las pensiones y generar fondos sustentables y sostenibles.
¿Qué importancia tiene una reforma tributaria en Paraguay?
Tenemos que pensar en una nueva reforma tributaria porque debemos tener estrategias de desarrollo diferenciadas y eso requerirá profundizar las reformas. No quiero hablar de los proyectos existentes de impuestos porque implican aspectos muy puntuales, pero hay que elaborar una estrategia tributaria acorde a la perspectiva de futuro que queremos tener y una de las claves es crear más impuestos directos.