Benoit Libourel, presidente de la Cámara de Comercio Paraguayo-Francesa, en comunicación con InfoNegocios, destacó que, aunque la balanza comercial sigue desequilibrada a favor de Francia —con importaciones anuales cercanas a los US$ 150 millones frente a unos US$ 15 millones en exportaciones paraguayas—, el potencial de nuestro país para equilibrar esa relación es real y creciente. “Francia exporta al Paraguay artículos cosméticos, vehículos y productos para la salud, pero del otro lado hay joyas como el petitgrain (un aceite esencial utilizado para la industria cosmética), algo sumamente relevante que muchas veces la ciudadanía desconoce, más teniendo en cuenta que el 40 % del petitgrain que se consume en Francia proviene de Paraguay”, subrayó Libourel.
Este ejemplo, poco conocido para el público general, representa lo que él llama una “gota con impacto real”: productos nacionales con valor agregado que tienen alta demanda en mercados exigentes. Pero la estrategia para acceder al corazón de Europa no se reduce a la calidad; también implica preparación. “Siempre recomiendo empezar por mercados limítrofes como Bolivia o Uruguay. Son más amigables y ayudan a hacer la escuela exportadora antes de atacar plazas como la europea”, explicó.
Una de las herramientas más efectivas en esta construcción de confianza ha sido la cooperación técnica. Un caso concreto, y hasta ahora poco difundido, es el proyecto de modernización del sistema meteorológico paraguayo, en el que Francia jugó un rol central. A través de un acuerdo con el Ministerio de Agricultura y Ganadería, servidores franceses ahora procesan datos de estaciones meteorológicas locales y los combinan con información satelital y bases históricas europeas. El resultado: reportes diarios y alertas tempranas para productores agrícolas en varios departamentos del país. “Esto ayuda a proteger cultivos y mejorar los rendimientos. Es un ejemplo claro del valor que puede aportar la transferencia de tecnología”, afirmó Libourel.
Además del agro, otro sector con grandes posibilidades es el régimen de maquila. El presidente de la Cámara lo considera una herramienta robusta y probada para atraer inversiones, especialmente con miras a la exportación. “Paraguay tiene la oportunidad de convertirse en un proveedor confiable para Europa y la región. Lo estamos viendo en cifras y en el creciente interés de inversores franceses”, señaló.
En esa línea, el viaje del ministro Fernández Valdovinos cobra mayor relevancia. Su participación en reuniones con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en París y en la conferencia de mercados emergentes en Lisboa busca fortalecer la inserción de Paraguay en foros internacionales y atraer cooperación técnica para mejorar las políticas públicas. Según Libourel, estos encuentros no solo abren puertas institucionales, sino que pueden tener efectos concretos en el comercio bilateral. “Francia ha sido una de las voces más reticentes al acuerdo UE-Mercosur, pero creemos que con información clara y evidencia de nuestros estándares productivos podemos revertir eso”, sostuvo.
Con el centro geográfico del subcontinente sudamericano como ventaja estratégica y una comunidad de negocios franco-paraguaya que ha crecido silenciosamente desde la pandemia, todo indica que este es un momento bisagra para las relaciones entre ambos países. “Tenemos que despertarnos como comunidad de negocios y aprovechar las oportunidades que se abren”, concluyó Libourel. Y aunque el camino sea exigente, el entusiasmo parece ser el motor que impulsa esta nueva etapa.
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