“El año comenzó con un movimiento bastante lento en construcción e inversiones, marcado por cierta incertidumbre en el mercado”, explicó Orué. Sin embargo, destacó que la situación mejoró notablemente hacia la segunda mitad del año. “Con el grado de inversión vimos un repunte claro de las inversiones, lo que permitió que el mercado se estabilizara y termináramos el año con un panorama muy optimista”, afirmó.
La directora de Itasã señaló que la recuperación económica y la estabilidad financiera los posiciona muy bien para recibir nuevas inversiones el próximo año. Según Orué, esta preparación implica un crecimiento en proyectos inmobiliarios y también una adaptación a las nuevas demandas del mercado.
También destacó que el mercado actual se ha transformado en línea con las necesidades de las personas. “Hoy en día, los compradores priorizan ubicaciones estratégicas y proyectos que ofrezcan amenities como seguridad, áreas verdes y espacios de uso común”.
Además, subrayó que muchos optan por propiedades dentro de Asunción debido a la cercanía con sus trabajos. “La mayoría de las personas busca optimizar su tiempo y no perderlo en largos traslados. Por eso, hay una clara tendencia de expansión hacia Gran Asunción, pero con un fuerte enfoque en las zonas urbanas”.
La profesional comentó que el trabajo colaborativo ha retomado fuerza y los espacios de coworking se han convertido en fundamentales para las empresas y emprendedores. Esta tendencia, añadió, refleja una vuelta a la normalidad en términos laborales, con un enfoque en ambientes que promuevan la productividad y la creatividad.
También habló sobre un fenómeno actual: el interés de los jóvenes en invertir en bienes raíces. “Estamos viendo a muchos jóvenes que se animan a dar el salto al sector inmobiliario. Hoy en día el valor de un inmueble puede ser comparable al de un vehículo, y existen muchas facilidades de financiamiento que hacen posible esta inversión. Esto nos da una perspectiva muy positiva para el futuro del sector”, concluyó.
Con un cierre alentador en 2024 y perspectivas claras de crecimiento para el 2025, el sector inmobiliario se presenta como una de las áreas más dinámicas y prometedoras de la economía nacional. La apuesta por innovación, adaptabilidad y calidad de vida será clave para consolidar este éxito.