Esta legislación permite a hijos y nietos de españoles optar por la nacionalidad, siempre y cuando cumplan con los requisitos dentro del plazo establecido. “Estamos viendo un incremento notable en las solicitudes, ya que muchas personas están apuradas por reunir los documentos necesarios antes de que venza el plazo”, comentó Carolina Pampliega, propietaria de Buniel Servicios Genealógicos.
El proceso para obtener una segunda nacionalidad no es sencillo. Implica recopilar documentación específica, muchas veces dispersa en diferentes países, y entender la legislación de cada jurisdicción. En el caso de España, los descendientes deben demostrar su vínculo familiar con registros que, en ocasiones, datan de siglos atrás y que pueden ser difíciles de localizar.
“Algunas personas solo tienen un nombre y una idea vaga de su ascendencia. Ahí es donde la investigación genealógica juega un papel crucial. En casos más complejos, incluso es necesario buscar documentos en parroquias o registros públicos en Europa, lo que puede alargar el proceso”, explicó Pampliega.
Por otro lado, Italia, cuya legislación es más estable, sigue siendo un destino popular entre los descendientes paraguayos. El país permite la transmisión de la ciudadanía a través de la línea paterna o materna sin límites generacionales, siempre que se cumplan los requisitos documentales.
Las motivaciones para solicitar una ciudadanía europea son variadas. Algunos lo hacen por motivos económicos, buscando acceso a mercados laborales y educativos más amplios. Otros, en cambio, lo ven como una forma de reconectar con su herencia cultural y preservar tradiciones familiares. “Además de los beneficios prácticos, hay un componente emocional. Muchas personas sienten un fuerte vínculo con sus raíces, y obtener la ciudadanía es una forma de honrar esa conexión”, señaló la experta.
El trámite suele comenzar con una evaluación inicial para determinar la viabilidad de la solicitud. Luego, se realiza la búsqueda y recopilación de documentos, tanto en Paraguay como en otros países. Una vez que se cuenta con toda la documentación, se prepara el expediente que será presentado ante las autoridades correspondientes.
El tiempo de procesamiento varía dependiendo del país y la complejidad del caso. “En los casos donde el cliente tiene documentos completos, el trámite es más ágil. Sin embargo, cuando hay información incompleta o errónea, puede tomar varios meses o incluso años completar la investigación”, detalló Pampliega.
España se encuentra en el foco de la mayoría de las solicitudes actuales, debido a la vigencia limitada de su Ley de Memoria Democrática. Pampliega subrayó la importancia de actuar rápidamente: “El plazo se extendió hasta octubre de 2025, pero es fundamental iniciar el proceso lo antes posible, ya que reunir los documentos y cumplir con los requisitos puede ser un desafío”, agregó.
Con el creciente interés por segundas nacionalidades y las oportunidades que estas representan, los trámites de ciudadanía europea se consolidan como una vía para explorar nuevos horizontes, tanto personales como profesionales. Sin embargo, el éxito de estos procesos depende de una adecuada planificación y del acceso a servicios especializados que simplifiquen el camino hacia la obtención de la ciudadanía.