Entre las diversas ventajas de contar con una aeronave de múltiple rol podemos citar:
Flexibilidad operativa: Permite responder de manera rápida y eficiente a situaciones de emergencia, desastres naturales o crisis internacionales al poder movilizar personal y equipos de manera ágil.
Soporte logístico: Facilita el transporte de suministros, equipos militares y ayuda humanitaria a áreas remotas o afectadas por desastres, contribuyendo a la logística de misiones críticas.
Repatriación de ciudadanos: Puede utilizarse para evacuar ciudadanos en situaciones de crisis en el extranjero, garantizando su seguridad y retorno al país de origen.
Ahorro de costos a largo plazo: Al tener su propia aeronave, se pueden reducir los costos a largo plazo en comparación con la contratación de servicios de transporte aéreo externos.
Independencia y soberanía: Contribuye a la independencia y soberanía nacional al reducir la dependencia de aeronaves extranjeras para operaciones esenciales.
En el actual mercado aeronáutico global, varias aeronaves podrían ser candidatas para nuestra pequeña Fuerza Aérea. Primeramente, se podría comenzar con los turbohélices, como el Casa C-295, modelo que en varias ocasiones se rumoreó que formaría parte de nuestra Fuerza Aérea. Su única desventaja sería el alcance de operación, limitándose a vuelos dentro del continente, pero con una capacidad de transporte muy reducida.
Seguidamente, se podría optar por los veteranos pero luchadores Lockheed Martin C-130 Hércules o la versión moderna C-130J Súper Hércules. Al tratarse de una aeronave de mayor envergadura su radio de acción se incrementa significativamente, lo que le permite llevar a cabo vuelos transcontinentales con escalas intermedias.
Además, es una aeronave ideal para operaciones dentro del territorio local, ya que una de sus características distintivas es su capacidad de operar en pistas no pavimentadas, lo que la convierte en una opción especialmente versátil para una amplia gama de misiones. Su diseño y tren de aterrizaje resistentes le permiten aterrizar y despegar en pistas no pavimentadas, pistas cortas y en condiciones menos que ideales.
Dentro de este mismo grupo de aeronaves se podría considerar la opción del Airbus A400M, una aeronave militar moderna y versátil que combina una gran capacidad de carga con características tácticas y estratégicas, lo que lo convierte en una opción valiosa para misiones militares y humanitarias en todo el mundo.
Luego, están las aeronaves a reacción bimotor, como el Embraer KC-390 Millenium o un tanto exótico pero moderno, Kawasaki C-2, que es utilizado por la JASDF (Japan Air Self-Defense Force). En realidad, podrían considerarse varias opciones como candidatas, pero teniendo en cuenta los requisitos mencionados anteriormente, estas dos aeronaves serían las ideales. Aunque la opción ideal sería el Embraer KC-390 que ofrece una solución versátil y económicamente eficiente para las necesidades de transporte militar y operaciones en una amplia variedad de escenarios.
Aquí no entraremos a discutir sobre las opciones más pesadas, como el Boeing C-17 Globemaster III, el KC-46 (versión militar del B767-200) o los Airbus A330MRTT, por razones obvias, como el alto costo operativo y, sobre todo, porque estas aeronaves tienen funciones limitadas.