“Vi una campera personalizada por una chica y ahí dije que me encantaba esa idea para traerla a Paraguay”, recordó Patricia en conversación con InfoNegocios, específicamente sobre ese momento que pasó durante un viaje al exterior. Ese flechazo visual se convirtió en semilla de la cual brotó este emprendimiento que hoy plasma arte en prendas de vestir. Pues lo que ofrecen no son simples blazers, camisas o camperas, son algo más al ser piezas intervenidas manualmente que podrían ser bordadas, pintadas, con frases y accesorios adaptadas a cada cliente, que de esa manera busca representar la personalidad de quien lo utiliza.
Con un estilo muy particular mezclando lo artístico y urbano, la apuesta no tardó en gustar y llamar la atención, sin embargo, arrancar no fue sencillo. La propietaria comentó que, “Fue a prueba y error. Eso tomó un año antes de lanzar la marca oficialmente”. La inversión inicial fue de G. 60 millones, sin contar el local. En ese primer año se realizaron pruebas con telas, pinturas y diseños hasta dar con el formato ideal. “Muchas prendas de prueba no salieron porque de repente probábamos la pintura, la imagen, si la tela adhería a la pintura”, y eso significaba gastar recursos para llegar a la calidad de los productos que tienen actualmente.
El gran diferencial de esta tienda está en la personalización porque si bien hay modelos estándar que ofrecen, cada prenda puede adaptarse al estilo de cada cliente, tanto en diseño como en mensaje. “Yo creo que lo que le hace único, justamente, valga la redundancia, es una prenda única… es un arte plasmado en una prenda que una persona lleva puesta”, puntualizó la emprendedora.
Existe un abanico de opciones para cada estilo, pero en cuanto a prendas, las camisolas son el producto estrella de la marca, pues además de los talles que van desde el PP hasta 3XL, se pueden utilizar como vestido, kimono, con shorts, jeans, es decir, es un producto bastante versátil que se adapta a distintos gustos. El Beso se enfoca en una moda sin barreras, pensada para todas las edades. “Inclusive tengo clientas hasta de 70 años que les encanta la onda”.
Además, la marca ha comenzado a confeccionar prendas para novias y quinceañeras, incorporando fechas importantes, lo que convierte cada prenda en un recuerdo emocional, siendo una manera de transformar momentos inolvidables en la vida de cada persona.
En cuanto al crecimiento del negocio, hoy día luego de dos años la marca cuenta con tienda propia, realiza envíos nacionales e internacionales (con clientas frecuentes incluso en Buenos Aires) y se prepara para participar en dos importantes desfiles de moda este año y también proyecta la apertura de una sucursal en el interior del país.
La aceptación del público se ve reflejada en cada cliente que adquiere sus productos, pues Patricia mencionó la historia de una mujer que le compra de forma regular porque siente que la ropa le permite expresarse. “A ella le gusta llamar la atención, transmitir un mensaje, una imagen y siempre me pide frases positivas, frases que animan”, de esa forma, lo que realmente vende El Beso es Identidad y autenticidad, no solo prendas.