Primero que nada, hay que recordar que la viruela fue erradicada en 1980, año en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó detener la vacunación. Los primeros registros de esta enfermedad datan del siglo III d.C. y causaba la muerte de hasta el 30% de las personas afectadas, pero gracias a un exitoso programa de vacunación desapareció. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), solo existen dos lugares en el mundo que almacenan el virus: la sede de Atlanta de CDC y el Centro Nacional de Investigación de Virología y Biotecnología VECTOR en Koltsovo, Rusia.
Mientras que la viruela símica fue descubierta en los años 50 en mamíferos, roedores y monos, posteriormente en los años 70 fue diagnosticado el primer caso humano. Luego se descubrió el primer caso en África, es decir, cada tanto se descubren casos, pero no muchos, algunos brotes epidémicos surgían en Nigeria, donde la mortalidad era variable, entre 1% a 10% según el virus y el lugar donde se producía el brote. En el 2003 fue diagnosticado un caso en los Estados Unidos, pero posterior a eso no floreció. Lo nuevo, epidemiológicamente hablando es que hubo casos en países de primer mundo, que se relacionaron directamente con África o que tuvieron contactos con animales que son portadores del virus, entonces de ahí el miedo y la alerta epidemiológica a nivel global, más sabiendo en Argentina se detectó un caso sospechoso con antecedente de viaje a España.
Fernando Galeano, presidente de la Sociedad Paraguaya de Infectología, destacó que la enfermedad no se contagia por vía aérea, sino mediante contacto físico directo con la persona afectada. Es decir, es necesario estar en contacto con el fluido, la saliva, las secreciones corporales o el líquido que sale de la vesícula de la persona enferma.
Además, el virus de la viruela símica se transmite a las personas por diversos animales salvajes, según la OMS, y su transmisión secundaria limitada es de persona a persona. Este virus no es altamente contagioso como el COVID-19, ya que no se queda en el aire. En ese sentido, el potencial modo de contagio es menor y generalmente la enfermedad cede al cabo de dos a cuatro semanas, aunque pueden ocurrir casos severos. Hasta el momento, registra una tasa de mortalidad de entre 3% y 6%, de acuerdo a la OMS.
El periodo de incubación es de entre seis y 16 días, luego aparecen los síntomas como fiebre, decaimiento, dolor de cabeza y cuerpo unos días después de darse el contagio, el paciente comienza a tener linfadenopatía, es decir los ganglios comienzan a inflamarse.
Después de eso, unos tres a cinco días del inicio de la enfermedad, salen erupciones en el cuerpo denominadas exantemas, que afectan principalmente el rostro, las palmas de las manos y las plantas de los pies. Las lesiones evolucionan hasta convertirse en vesículas, que son como sacos cargados de agua y después se vuelven pus.
En ese sentido, se parece bastante a la varicela, como el virus de manos, pies y boca común en la niñez, es por eso que puede confundirse con otras enfermedades.
El diagnóstico se hace vía PCR, ya sea de orina, sangre o el líquido de la vesícula, para determinar si es o no el virus. El infectólogo aclaró que Paraguay no cuenta con los materiales necesarios para realizar dicha prueba.
“Hablando con colegas entendí que están viendo la forma de realizar ese estudio, atendiendo que actualmente no se hace en Paraguay, pero están en tratativas para traer los equipamientos necesarios para determinar las pruebas de diagnóstico molecular (RT-PCR)”, acotó.
Por el momento, la OMS comunicó que no hay tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus de la viruela símica, aunque se pueden controlar los brotes. En el pasado, la vacuna antivariólica demostró una eficacia del 85% para prevenir la viruela símica. Sin embargo, la vacuna ya no está accesible al público, debido a la suspensión de su producción.
Cuidados y prevención
El presidente de la Sociedad Paraguaya de Infectología reconoció que es una enfermedad rara, bien erradicada en África “pero como se puede ver tiene un potencial de viajar a otros países, es por eso que se emitió la alerta epidemiológica”.
Para Galeano, cada país debe reforzar su sistema de vigilancia y todos los médicos tienen que estar alerta ante un eventual caso que se pueda dar en el país. Sostuvo, además, que si existe un posible infectado se debe tenerlo vigilado, recomendarle que no vaya al trabajo que no tenga contacto ni exponerse para evitar contagios masivos.
¿Se producirá una nueva pandemia?
Galeano indicó “que es muy difícil predecir”, sin embargo, sostuvo que hubo enfermedades que nos sorprendieron. Cree que la alerta está siendo bien llevada, pero reiteró que es una enfermedad no tan contagiosa en comparación con los cuadros respiratorios, puesto que para que la viruela símica se transmita, es necesario un contacto muy estrecho. “Hay que estar alertas porque puede haber brotes locales, por tanto es necesario tener un sistema de salud bien fortalecido para poder dar respuesta a esta enfermedad”, afirmó.
El lunes 23 de mayo Paraguay activó una alerta epidemiológica ante la viruela símica, ante lo cual el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS), a través de Dirección General de Vigilancia de la Salud, emitió orientaciones de vigilancia, laboratorio, manejo clínico, recomendaciones al personal de salud y población en general. Para más información, ingresar a este link.
El MSPBS recomienda a la población en general, con síntomas compatibles, −sobre todo en el caso de presentar erupciones−, o haber estado en países donde se presentan casos: mantener aislamiento social (no concurrir a la escuela, trabajo o eventos sociales) e implementar medidas de protección respiratoria (uso adecuado de tapabocas, ambientes ventilados y distancia de las otras personas).
Según el MSPBS, mientras la persona permanezca asintomática, puede continuar con las actividades diarias de rutina, pero debe permanecer cerca de casa mientras dure la vigilancia y no debe donar sangre, células, tejidos, órganos, leche materna o semen mientras esté bajo vigilancia. En caso de que se presenten contactos asintomáticos en niños en edad preescolar se recomienda evitar que acudan a guarderías, etc.