Los resultados del estudio muestran que los consumidores paraguayos son relativamente abiertos a los productos fabricados en el extranjero, y que no son excesivamente hostiles hacia los elaborados en Argentina, Brasil, China o EE.UU. Pero si se compara relativamente, los productos de China y EE.UU. suscitan menos animosidad que los de Argentina o Brasil.
Otro de los datos encontrados es que los consumidores paraguayos pueden reducir el valor de los productos de origen local (lo que se denomina xenocentrismo del consumidor) frente a los productos extranjeros, debido a la creencia de que los hechos en Paraguay son inferiores.
La muestra contempló a 486 consumidores paraguayos. El segmento seleccionado pertenece principalmente a la clase media y alta urbana con una edad promedio de 32,6 años, superior a la mediana nacional.
Pero tomar estas conclusiones y extenderlas al universo de los consumidores paraguayos puede que no sea acertado. Al respecto, el presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, señaló que una conclusión de esta característica depende de cómo y dónde se haya tomado la muestra. “En un proceso recesivo la clase media-baja busca un mercado de precios. Y si comparamos los productos nacionales con los extranjeros, independientemente de la calidad, que es muy buena, también tienen un precio accesible”, afirmó.
Los productos de fabricación nacional son de un nivel de calidad alto, con una presentación también de calidad, y que se han impuesto sobre productos extranjeros. “No voy a creer que el consumidor de cualquier clase social compre arroz brasileño o que prefiera el azúcar argentino o frutihortícolas de origen extranjero”, agregó.
Duarte refirió que lo que la industria está demostrando, como por ejemplo a través del programa de la UIP, Paraguayo Como Vos, es que los productos nacionales, como los domisanitarios, “contra lo único que no pueden competir es con el contrabando, así como los aceites de oleaginosas”.
Dijo que en un estudio semejante se debe determinar a qué gama de productos y a qué tipo de consumidor se está refiriendo. “Hay que ver dónde se hizo la encuesta, si es en los lugares en donde se venden delicatessen. Si me hablan de aceite de oliva, solo hay marcas extranjeras. Hay que determinar a qué gama de productos nos estamos refiriendo y también a qué tipo de consumidor”, significó.
El titular del gremio resaltó que bajo ningún punto de vista se puede desmerecer la producción nacional y citó como ejemplo a los alfajores de Dulce Manjar, los de Tatakua, a la gama de productos de Mazzei, a los productos de Copalsa, a la harina, de los que dijo que son de calidad de exportación y están en góndolas de varios países.
“No importa el nivel social. Sin ninguna duda los de producción nacional lideran las ventas. Cuando hablamos de preferencia es cuando tengo un producto nacional y otro extranjero y yo prefiero el extranjero”, explicó.
Por su parte, David Caballero, secretario de la Asociación de Emprendedores de Paraguay (Asepy), manifestó al respecto que hoy Paraguay fabrica productos de consumo masivo que son exportados, lo que demuestra que hay rubros en los que la manufactura nacional es superior a la foránea.
“Un tema pendiente de los emprendimientos paraguayos era el de la calidad, pero creo que crecimos muchísimo en los últimos 20 años y hoy tenemos productos que se exportan, como la leche elaborada en las industrias menonitas, que hoy llegan a mercados exigentes”, refirió.
La investigación en cuestión aborda brevemente los tópicos de un proyecto que está en sus inicios. Se estudiaron las preferencias de consumo desde la perspectiva del patriotismo, la animosidad y el xenocentrismo de los paraguayos, con relación a productos nacionales o importados.
Alcides Cáceres Zárate, uno de los autores del informe, economista e investigador independiente, aclaró que en el informe se está hablando del consumidor paraguayo urbano de clase media alta. “Es una muestra intencional y es un grupo con un abanico de opciones muy amplio. Es un consumidor que tiene a su alcance productos de muchos orígenes”, remarcó.
Igualmente, los gustos no están aún argumentados y definidos por parámetros profundos, solo psicométricos. Añadió que se trata de un primer paso de una serie de investigaciones a desarrollarse próximamente sobre el tema.
“Es un adelanto porque en este momento estamos profundizando los números con datos recopilados para ir vinculando con variables demográficas, otras preguntas”, citó y expresó que esta evaluación es genérica, sin desagregar productos y que tampoco se atribuyen las causas, cuyos análisis estadísticos se hallan en estudio.