¿Qué necesita una persona para emprender?
Hay que tener un mínimo conocimiento del mercado en el cual uno se quiere involucrar. Yo siempre fui vendedor, pero el conocimiento del mercado lo tenía mi padre. En Arcoiris fue una amalgama de cosas, porque cada uno de mis cuatro hermanos se dedicaba a un sector de negocios en particular y así conformamos un buen equipo.
¿Cuál es la fórmula para que una empresa familiar se mantenga como líder en el mercado?
Las razones del éxito son varias. Una es la innovación constante. Lanzamos entre 30 y 40 productos por año. Si hacíamos lo que los otros, íbamos a ser una marca más. Papá siempre nos decía que debíamos marcar la diferencia, y nos atrevimos a hacer cosas que otros no.
Pasa mucho también por la disciplina financiera. A veces un emprendedor que empieza vende G. 100 millones al mes y piensa que ya es su dinero, pero no se da cuenta de que es de las ventas y que hay que calcular cuánto le corresponde en realidad, como un sueldo.
En Arcoiris todo lo que se ganaba en la empresa se reinvertía en compra de máquinas, de vehículos, en el personal. Los primeros 15 años fueron de inversión. Teníamos un sueldo, muchas veces escaso.
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¿Algún producto en particular tuvo éxito por ser novedoso?
Lo que hizo despegar a Arcoiris es que al octavo año de actividad empresarial presentamos la sal condimentada. Trajimos la idea después de un viaje a Camboriú. Siempre mirábamos en los supermercados para ver qué había de novedoso y ahí vimos la sal temperada. Trajimos dos o tres frascos de marcas diferentes y acá le pusimos lo que creíamos se podía adaptar al gusto y paladar de los paraguayos. Así lanzamos la primera sal condimentada del país.
Creo que ese producto diferenciador nos abrió muchas puertas y fue uno de los caballitos de batalla de Arcoiris para darse a conocer, para marcar un diferencial con otras marcas. Así empezamos a lanzar productos únicos, como ají, cúrcuma, curry, nuez moscada molida, en grano, condimentos para pollo, pescado, carne, pizza. Buscábamos productos que la competencia no tenía y eso nos valió ganar muchos puntos en el mercado.
¿Cómo es el trato con el personal?
Nosotros también innovamos en el tratamiento al personal. Algunos tienen una antigüedad de 15 a 20 años y eso no es casualidad. Tenemos gente que creció con nosotros, que compró con nosotros su primer terreno, su primera moto, su primer auto, su primera casa. Éramos conscientes de que si la empresa crecía el personal que nos apoya debía crecer también. Así se sentían parte de la empresa y respaldados por ella y daban todo por nosotros.
Hoy contamos con 270 empleados, quienes nos brindan su lealtad porque les mantenemos felices. Siempre fuimos conscientes de que necesitamos el capital de conocimiento que ellos nos dan y les retribuimos con dinero.
¿Incorporan tecnología o parte del proceso sigue siendo manual?
La mayor parte de nuestro proceso de producción es manual porque envasamos hierbas, condimentos, especias, y hacerlo con máquinas nos obligaría a moler el producto 100%, y así vamos a perder la flor de la manzanilla, las hojas de orégano, las hojas de laurel. Y no queremos perder la esencia de los productos porque la gente cree que cuando se muele mucho se envasa cualquier cosa.
Pero sí incorporamos tecnología. Tenemos tres brazos robóticos haciendo el proceso de separación, conteo de los envases. El empaque es totalmente automatizado, pero la carga de productos sigue siendo manual.
¿En qué situación se encuentra la empresa?
El año pasado construimos un depósito de 1.500 m2, por la expansión del negocio, además de un salón de ventas de 600 m2. Crecimos en ventas 8% con respecto al año pasado. Y seguimos exportando a España, EE.UU. Canadá, Francia, Polonia y Bolivia.