Windows 10 Mobile se ha llegado a ver en 2015 como la última posibilidad de que Microsoft logre un sistema para móviles que atraiga a más usuarios y también a programadores de aplicaciones. En ese contexto es en el que aparecen los nuevos Microsoft Lumia 950 en su versión estándar y XL. Dos móviles de alta gama diseñados para exprimir el nuevo sistema operativo.
Analizamos durante una semana el Lumia 950 XL, un teléfono con un precio oficial es de 699 euros, 100 euros más que el modelo estándar. La única diferencia entre ambos es su pantalla y la batería. En el modelo XL mide 5,7 pulgadas frente a las 5,2 en el modelo estándar. Al cogerlo, la sensación que se tiene es que tenemos en las manos una pequeña tableta; sensación que se ve acrecentada por su resolución de 2.560 x 1.440 puntos, la misma en las dos versiones del móvil.
El terminal está realizado en plástico, algo que no es necesariamente malo, aunque los acabados metálicos estén de moda. Eso sí, el diseño no está muy cuidado, sobre todo teniendo en cuenta que estamos hablando de un teléfono de altas prestaciones. Su carcasa posterior puede quitarse para acceder a las ranuras de las tarjetas SIM y Micro SD así como a la batería: es algo interesante para los usuarios que hagan un uso muy intenso del terminal.
Hemos comprobado que haciendo un uso habitual del móvil cuesta llegar al día completo sin recargarlo y eso extraña, porque su batería tiene una potencia de 3.340 mAh. De hecho, la batería del iPhone 6S Plus, que supera holgadamente el día de duración, tiene una potencia de 2.915 mAh. El mayor consumo se explica, pero solo en parte, por la mayor resolución del Lumia. Es de desear que esta pobre autonomía se corrija al menos en parte con futuras actualizaciones de software. Por fortuna, el móvil cuenta con la función de carga rápida a través de su puerto USB-C. En una media hora es posible recargar la mitad de la batería (Fuente: El País)
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