#ParaguayForExport: Adriano Encina, tripulante de cabina en Norwegian

(Por Gustavo Galeano) En esta nueva entrega de paraguayos por el mundo, nos transportamos hasta la Gran Manzana, para conocer la historia de Adriano Encina, un compatriota que emigró hace algunos años a la capital del mundo para alcanzar su sueño sirviendo en la aviación.

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Adriano nació y se crió en San Juan Bautista de Ñeembucú, pero se instaló en Asunción al finalizar su formación básica y estudió la carrera de Hotelería y Turismo. Mientras esto ocurría, conoció el programa Work and Travel, y gracias al mismo, en dos ocasiones pudo viajar a EE.UU.; allí se dio cuenta que ese era el país que le brindaría las oportunidades y herramientas necesarias para lograr su objetivo.

“Vivo en Nueva York hace seis años. Al principio, mis trabajos se enfocaban más en la hostelería, pero siempre estuve orientando a mis metas hacia la aviación. Durante este tiempo, apliqué para varias aerolíneas, pero no obtuve respuestas favorables, puesto que ellas reciben solicitudes de miles de personas para un mismo cargo”, comentó Adriano.

Hace cuatro años recibió la notificación de Norwegian Air Shuttle. “La aerolínea me había elegido para el cargo de tripulante de cabina de pasajeros, para su flota long-haul en los fabulosos Boeing 787-8 y 787-9 Dreamliner con base en el aeropuerto JFK. ¡No podía contener la emoción! El proceso fue largo, tuve que pasar por varios filtros de entrevistas. Un mes después de la confirmación del empleo, la compañía nos designó a mí y otros compañeros que habíamos sido contratados, a ir a Londres, para realizar el entrenamiento por 30 días. El curso constaba de dos partes, las primeras dos semanas, el inicial, que sería como un estudio que abarcaba todo lo que se refiere a la aviación en sí, y la segunda parte, ya todo lo que refiere a la línea aérea”, recordó.

La profesión de Tripulante de Cabina de Pasajeros (TCP) implica disciplina, un innegociable compromiso con la seguridad y vocación de servicio hacia el pasajero. Los TCP están para mucho más que para servir un café, no son mozos de restaurant, son los líderes entrenados para velar por la seguridad de un vuelo.

Para certificar sus aptitudes, junto con los demás colegas elegidos, Adriano pasó horas y horas cada día estudiando principalmente los procedimientos de emergencia, evacuaciones, primeros auxilios y otros.

“Fui el primer paraguayo en trabajar para Norwegian, cuya sede principal está en Fornebu, a unos 10 kilómetros de Oslo, capital de Noruega. Desde el aeropuerto JFK, he volado a ciudades europeas que nunca pensé que visitaría, especialmente las de Escandinavia. Nuestros layovers, algunas veces son desde 24 o hasta 72 horas; esto nos permite salir a explorar el destino en el que estamos. Sinceramente amo mi trabajo, creo que es válida la famosa frase de Confucio ‘Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida‘”, agregó.

“Gracias a los beneficios de trabajar para Norwegian, puedo visitar constantemente a mi familia y amigos en Paraguay y España”, aseguró.

Y sin duda que el ser TCP tiene sus bemoles, pero la recompensa merece cada esfuerzo, lo dice el propio protagonista: “Es como vivir de vacaciones el año entero, viajando todo el tiempo, conociendo lugares, culturas y personas de diferentes partes del mundo. También he tenido el privilegio de conocer a varios artistas internacionales y hasta a la realeza, que optaron en volar con nosotros en varias ocasiones. El hecho de viajar cambia la mente de uno, se aprende a ser más tolerante y entender mejor a las personas. Por ejemplo, en un día normal puedo desayunar en Nueva York, almorzar en Londres y cenar en París, estas son cosas es invaluables”.

La oficina de la aviación

“Volar en un Boeing 787 Dreamliner es verdaderamente un placer, uno de los aviones más sofisticados que existen, equipado con la última tecnología, facilita enormemente el trabajo tanto para los tripulantes de cabina como para los pilotos. Más confort para los viajeros, puesto que, está preparado para reducir el efecto del jet lag, los pasajeros frecuentes lo notan, puede volar hasta 41.000 pies de altitud, y la mejor parte de esto, es que emite menos CO2, ayudando a reducir la contaminación ambiental”, reconoció.

Algo para recordar

“Recuerdo haber encontrado a dos paraguayas en un vuelo desde Copenhague, Dinamarca, a Orlando, Florida. Me percaté de ellas porque el idioma oficial abordo es el inglés, y al acercarnos ya a territorio americano mis compañeros me estaban buscando para ayudar a dos pasajeras porque no hablaban inglés y yo era el único que hablaba español en toda la tripulación. Ni bien me presenté e intercambiamos unas palabras, reconocí el acento paraguayo y entonces les dije en guaraní ‘¿Mba’eichapa pende pyhare?’. Se quedaron heladas, mirándome, ya que jamás se les cruzó por la mente encontrarse a un paraguayo tan lejos de casa, obviamente las ayudé con todo lo que necesitaban, nos tomamos fotos y hablamos hasta aterrizar. Para mí es una alegría enorme siempre que encuentro paraguayos por el mundo”.

Como parte del staff de este medio, recibo con regularidad consultas sobre cómo y dónde especializarse en carreras como la de piloto aviador, controladores de tránsito aéreo, mecánico de aviación, y por supuesto, tripulantes de cabina. En aeronauticapy.com hemos publicado en varias oportunidades informaciones de interés y guías, entonces, para finalizar, Adriano da un consejo a estas personas que quieren pasarse la vida volando.

“Un consejo que me gustaría dejar a los jóvenes de nuestro país es que estudien, se preparen y aprendan otros idiomas, especialmente el inglés, que viajen, que salgan de su zona de confort y que se animen a luchar por sus sueños, ya que nada es imposible en la vida si uno se lo propone. ¡Sky is the limit! ¡Si yo pude, vos también podés!”.

Fuente: aeronauticapy.com

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