Casi todos los países sudamericanos han dado fechas concretas para el reinicio de la actividad regular de pasajeros, como el caso de Argentina y Colombia, que lo harán desde el 1 de setiembre; otros como Uruguay y Ecuador, ya reciben vuelos; Perú lo permite en su red doméstica; Chile y Brasil nunca los restringieron, aunque condicionaron las frecuencias.
La práctica de las autoridades gubernamentales de llamarse a silencio o dilatar esta decisión, representa una enorme problemática para todos quienes forman parte de esta industria: para las líneas aéreas, que no pueden administrar sus recursos, no pueden hacer un trabajo de preventa, no pueden planear su red de rutas en base a las aeronaves disponibles, y deben reprogramar constantemente sus fechas de viaje a los pasajeros con pasajes comprados, todo esto mientras van quemando sus reservas de efectivo cada vez con mayor velocidad teniendo sus aeronaves en tierra o volando al mínimo de capacidad; para los pasajeros, que se encuentran en una encrucijada al verse imposibilitados de asegurar sus viajes, que no solo son por ocio; y para la fuerza laboral de las compañías aéreas y proveedores directos e indirectos, que no están percibiendo salarios o los reciben parcialmente desde hace meses.
La semana pasada, el ministro de Salud Julio Mazzoleni y el día de ayer, el presidente de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), coincidieron en que es probable que setiembre sea el mes tentativo para el visto bueno de las operaciones comerciales desde aeropuertos paraguayos hacia destinos que reúnan las condiciones para ser clasificados dentro de una “operación burbuja”, es decir, países con circulación controlada de coronavirus. Se habló en un primer momento de Uruguay, España y Argentina, pero ello tampoco está confirmado.
Air Europa es una de las compañías afectadas ante este escenario. Su country manager para Paraguay y Bolivia, Olavi Linkola, dijo a EFE cuanto sigue: “La firma no está en condiciones de diseñar previsiones de futuro puesto que Paraguay no nos ha transmitido hasta la fecha un cronograma sobre una reactivación. La preocupación de las aerolíneas no viene del hecho de decir, ¡empecemos mañana!, sino por tener una proyección, porque necesitamos poder planificar. Si esto se sigue retrasando, existe la posibilidad de que Air Europa se vea obligada a utilizar sus aeronaves en otras rutas y no disponga de aparatos para retomar los vuelos a Paraguay, al menos en una primera etapa. Necesitamos que se nos diga una fecha, aunque esa fecha sea en tres meses, en un año o nunca, pero necesitamos tener un horizonte claro”.
Cabe recalcar que la Unión Europea tiene una lista de países desde los cuales permite el ingreso de viajeros, y la misma no incluye a Paraguay. Según se presume, esta condición de reciprocidad se da en vista de que Paraguay no ha comunicado su intención de apertura de fronteras para ciudadanos de la UE.
Dinac junto con el MSPBS y otras entidades, vienen trabajando conjuntamente en la homologación de los protocolos sanitarios y en el acondicionamiento de las terminales aéreas del país para el tráfico de pasajeros en tiempos de COVID.
Las aerolíneas tienen totalmente estandarizada la nueva forma de volar en la actualidad, la que se viene implementando con éxito en el mundo, y en esta región, se han puesto en práctica en los vuelos humanitarios hechos a lo largo de las cuarentenas. Es importante recalcar que la aviación no representa un vector de riesgo como tal, y que los aviones modernos están equipados con filtros HEPA, que purifican el aire que se respira en cabina eliminando hasta el 99,95% de virus y bacterias a bordo.
Fuente: aeronauticapy.com
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