Dicho objetivo se puede considerar un verdadero desafío teniendo en cuenta que debido a las bajas temperaturas, sumadas a la sequía, repercutieron en los cultivos haciendo que el volumen de producción se vea disminuido en comparación con los resultados del año anterior. “El año pasado fue excelente, por ende, la producción fue altísima, porque no hubo problema de enfermedades y tuvimos buena lluvia”, explicó Paniagua.
No obstante, además de la caída en el volumen de producción, el especialista resaltó que este año está resultando especialmente desafiante porque a la vez que cae la producción, también está creciendo la demanda tanto en el mercado local como del exterior.
Este crecimiento de la demanda habla muy bien de la calidad del producto nacional que cada vez es más solicitado tanto para su consumo interno -como es el caso del programa Hambre Cero-, como también en el plano internacional, donde la banana paraguaya logró conquistar un mercado de gran valor como es el chileno. Y sigue buscando nuevos destinos.
Paniagua detalló que al cierre del 2023 se registraron alrededor de 12.000 hectáreas de cultivo de banana a nivel nacional, siendo la zona de Caaguazú el principal motor productivo con el 90% de la superficie de cultivo.
Sobre otros lugares a los que se destina el producto nacional se pueden citar los mercados argentinos y uruguayos donde, según datos del Senave, cada hectárea de plantación tiene un rendimiento de US$ 7.000 al año.
En cuanto a posibles mercados de exportación, Paniagua señaló que Marruecos y España son países que mostraron interés, pero que debido a la distancia no se pudieron concretar debido a la falta de logística para la conservación del producto.
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