Uno de los grandes desafíos a encarar durante la cuarentena es la elaboración de planes de contingencia para no perder el año lectivo, lo cual representa una gran discusión a nivel técnico y político en la actualidad.
Para el investigador, las concepciones metodológicas, estrategias y objetivos son diferentes cuando se habla de la implementación de un programa educacional a distancia. "Lo más importante para esta coyuntura es tener en cuenta la utilidad que tiene generar contacto con los niños, no se puede esperar a retomar la normalidad porque la educación también es un espacio de contención y socialización para los niños y jóvenes", agregó.
Según Elías, si se quiere conseguir contacto entre el docente-estudiante y entre los estudiantes entre sí es necesario delinear estrategias múltiples de llegada, utilizando modelos online y medios tradicionales. "Las herramientas de internet tienen un gran potencial sin ninguna duda, pero poseen limitaciones en el acceso. Hay que sumar otras estrategias como la TV Pública y la radio, que fue un elemento educativo muy interesante en nuestro país para llevar a cabo programas de alfabetización", subrayó.
Diferencias entre niveles
El nivel inicial podría enfocarse en actividades más lúdicas y expresión plástica, de acuerdo a Elías, donde el arte sea la herramienta de comunicación y contención emocional, mientras que en la educación escolar básica se podría optar en la promoción de la lectura, la cual está en el campo de la literatura regularmente, sin embargo, en esta oportunidad se podría redescubrir el placer de la lectura.
"A nivel universitario hay otros tipos de desafíos, dar algunos materiales de lectura y que los docentes actúen de guías sería eficaz, pero si nos referimos a un semestre o un año, el manejo depende de cada materia y área", opinó. El investigador manifestó que los programas de contingencia son más complicados para la educación superior y no se pueden limitar a la lectura y a tener clases online.
Asimismo, recordó que en “esta coyuntura las soluciones generales que se darán son más paliativas, por lo que sería interesante aprovechar el momento para diseñar estrategias de implementación de una mejor educación a distancia”.
En cuanto a las evaluaciones, Elías volvió a separar su análisis para cada nivel educativo. "Creo que lo que menos conviene ahora es estar obsesionados con cumplir un currículum en estas circunstancias. Podríamos empezar a poner el acento en otros aspectos, quizás en una experiencia educativa acorde al contexto y buscar alternativas de conocimiento", sostuvo.
En relación a los niveles preescolar, básico y educación media, consideró que no se justificaría imponer un sistema evaluativo que cargue con un montón de estrés al estudiante y a sus familias, siendo que los padres no tienen las herramientas para hacer un seguimiento a los niños. "Estimular la expresión escrita del estudiante y que pueda narrar cómo se siente en este momento sería muy interesante de promover", indicó.
Continuando, afirmó que comprende que el pago de cuotas hace que los padres quieran ver resultados, pero eso es sustituible si ellos hacen un acompañamiento a las actividades brindadas por los educadores dentro de los programas de contingencia. No obstante, esto se dificulta porque los padres podrían retornar a sus trabajos a medida que se flexibilice la cuarentena.
El caso universitario
"En este nivel es distinto porque estamos formando profesionales en ciertas áreas por lo que tenemos que asegurar que logren conocimientos y herramientas. No se puede aprobar el año de forma automática y tienen que haber criterios evaluativos que de alguna forma permitan dar cuenta de que se adquirieron los conocimientos necesarios", señaló
Mentu da su propuesta
La consultora Mentu elaboró una propuesta estimativa para el inicio de las actividades educativas del nivel inicial, básico y medio, el cual parte de la premisa de que el año lectivo aún no había iniciado, teniendo en cuenta que solamente se tuvieron 11 clases presenciales en el año. En primera instancia, recomiendan declarar nuevamente vacaciones para los niños hasta el mes de agosto y generar un nuevo periodo que vaya de setiembre a marzo.
Mayo a julio: planificación del nuevo año escolar por medio de mesas de trabajo por sectores. Dotar a maestros de conocimientos tecnológicos, infraestructura y logística necesaria para la implementación de la propuesta.
Agosto: capacitaciones para padres y alumnos en implementación de la nueva propuesta escolar y realización de pruebas pilotos.
Setiembre: inicio del nuevo año escolar con dos modalidades: a distancia y presencial (desde el momento que sea indicado por el MSPyBS).
Educación inicial: a distancia el año escolar completo
Primer y segundo ciclo: a distancia y presencial cuando indique el MSPyBS
Educación media: inicio escalonado de actividades en setiembre y clases normales cuando las condiciones estén dadas.
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