Estas lesiones, en su mayoría, se dividen en dos tipos: una causada por la exposición prolongada a ruidos de volumen moderado y la otra por la exposición a sonidos intensos en una sola ocasión. Ambas formas de daño afectan el oído interno, donde se encuentran las células ciliadas, responsables de captar el sonido. Estas células son sumamente delicadas y, al ser dañadas, no se regeneran, lo que resulta en una pérdida permanente de la audición.
En este contexto, los chequeos periódicos de la audición son esenciales para detectar problemas de manera temprana. Según el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, esta recomendación es crucial para estudiantes de todos los niveles educativos, especialmente al inicio de cada ciclo escolar.
La detección precoz de la pérdida auditiva es vital para evitar dificultades en el aprendizaje y mejorar la calidad de vida de los niños afectados. De hecho, se estima que alrededor del 60% de las pérdidas auditivas en niños son prevenibles, en gran parte debido a la exposición a ruidos fuertes, un factor que daña las células ciliadas del oído interno.
El Dr. Osvaldo Tenace, otorrinolaringólogo, señaló que el daño auditivo causado por el uso excesivo de auriculares no siempre es inmediato. Con el tiempo, los efectos de la exposición continua a altos volúmenes se vuelven evidentes. En particular, los jóvenes son más vulnerables, ya que están constantemente expuestos a música y sonidos a través de sus auriculares. Estos daños no solo se limitan a la pérdida de audición, sino que también pueden causar tinnitus, o zumbidos en los oídos, una condición muy molesta para quienes la padecen. El profesional comentó, además, que tiene un paciente de tan solo 14 años que presenta una pérdida auditiva del 40%, lo que evidencia lo grave que puede ser esta problemática incluso a edades tempranas.
Por lo tanto, el uso adecuado de los auriculares se vuelve esencial para prevenir estos problemas auditivos. Para los niños, se recomienda elegir auriculares diseñados específicamente para ellos, que limitan el volumen a un nivel seguro de 85 dB, el máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos dispositivos cuentan con tecnologías de limitación de volumen para evitar daños.
En el caso de los adultos y adolescentes, se sugiere mantener el volumen de los auriculares en niveles moderados, alrededor de 60 dB, y evitar el uso de la cancelación de sonidos externos, que puede llevar a aumentar el volumen de la música o los audios. Además, es recomendable limitar el tiempo de uso de los auriculares a no más de dos horas al día, tomando descansos regulares, al menos cada 60 minutos. Estas medidas son fundamentales para fomentar hábitos de escucha seguros y proteger la audición a largo plazo.
En Paraguay, el uso excesivo de auriculares y la exposición a ruidos fuertes provocaron un aumento en los casos de trauma acústico. Este tipo de daño puede clasificarse en dos formas: agudo y crónico. El trauma acústico agudo se produce por una exposición a un sonido extremadamente fuerte, como una explosión o un petardo, lo que puede causar desde la perforación del tímpano hasta la pérdida permanente de audición. Sin embargo, es el trauma acústico crónico el que se presenta con mayor frecuencia, especialmente en jóvenes que utilizan auriculares a altos volúmenes durante largos períodos.
El Dr. Tenace explicó que los daños derivados de la exposición prolongada a ruidos constantes, incluso de bajo volumen, afectan gravemente las células ciliadas del oído interno. Una vez dañadas, estas células no se regeneran, y el daño es irreversible. Este fenómeno puede generar tinnitus, conocido comúnmente como “zumbidos en los oídos”, que se convierte en una molestia constante para quienes lo padecen. Además, con el tiempo, los afectados pueden experimentar dificultades para escuchar tonos agudos, lo que les dificulta comprender conversaciones normales.
Por otro lado, la Dra. Annette Krauskopf, otorrinolaringóloga, destaca diversas acciones preventivas para proteger la audición, especialmente en el contexto del uso de auriculares en ambientes ruidosos o durante períodos prolongados. Entre sus principales recomendaciones se incluye controlar la exposición a sonidos intensos. En cuanto al uso de auriculares, se debe mantener el volumen en niveles moderados, evitando superar los 60 decibelios. Además, recomienda limitar el tiempo de uso continuo a un máximo de 3 horas, permitiendo descansos regulares. Un descanso de al menos unos minutos después de cada sesión prolongada de escucha es esencial para evitar daños a largo plazo.
A su vez, la Dra. Krauskopf enfatiza la necesidad de realizar chequeos anuales para evaluar la salud auditiva. Estos exámenes permiten detectar posibles problemas auditivos a tiempo y, en caso necesario, iniciar un tratamiento adecuado de manera oportuna.
Los expertos advierten que, en los próximos años, se espera un aumento significativo en la población afectada por trastornos auditivos en Paraguay. Se calcula que la prevalencia de la pérdida auditiva aumentará considerablemente en la próxima década, en parte debido al uso indiscriminado de auriculares y la exposición a ruidos industriales. Es por ello que la prevención y la concientización juegan un papel esencial en la reducción de estos riesgos.
El Dr. Tenace también subraya la importancia de tomar medidas preventivas en los entornos laborales, como en la costura o la manufactura, donde el ruido constante puede dañar la audición. El uso de protectores auditivos en estos casos es fundamental. En cuanto al uso personal de auriculares, recomienda mantener el volumen por debajo del 60% de su capacidad máxima, tomar descansos regulares y no exceder el tiempo recomendado de uso diario.
La protección de la audición es esencial, especialmente en la era digital, donde el uso de auriculares se ha convertido en una práctica común. Aunque los daños auditivos causados por la exposición a sonidos fuertes y prolongados son irreversibles, estos se pueden prevenir mediante el uso responsable de los dispositivos de escucha. Mantener el volumen moderado, limitar el tiempo de exposición y realizar chequeos periódicos de la audición son pasos fundamentales para preservar nuestra salud auditiva y prevenir futuros trastornos.
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