En este sentido, la predisposición a aprender nuevas habilidades o estar abierto a nuevas formas de know how, son más eficientes en el mundo laboral actual, según la revista Forbes. Se trata del coeficiente de aprendizaje (LQ) y requiere un cambio de mentalidad tanto del empleado como del empleador.
El mundo evoluciona y las capacidades más demandadas de coeficiente intelectual (IQ), pasaron después al EQ o coeficiente emocional, hasta que ahora señalan que para sobrevivir se necesita del predominio del coeficiente de aprendizaje (LQ). Básicamente el IQ mide lo que se sabe, en cambio el LQ es lo que uno es capaz de hacer.
Señalan que las innovaciones como ChatGPT obligan al mercado a analizar los cambios vertiginosos que se podrían desarrollar a futuro. El mundo moderno al cual los CEO’s se enfrentarán requiere de una alta funcionalidad con las tecnologías digitales. Una de las formas de llevar adelante la LQ es enfocarse en el aprendizaje, no solo en el resultado.
“Cometer un error y ser corregido es una de las maneras más poderosas de adquirir y retener un aprendizaje e impulsar la innovación. El desafío no pasa sólo por quién corrige, sino también por quién es corregido. Finalmente, qué tan efectivos seamos con esta dinámica, es lo que nos abre las puertas (o no) a la innovación”, dijo Freddy Fernández, presidente de la Asociación Paraguaya de Recursos Humanos (Aparh).
El experto sostuvo que las organizaciones son una fuente de conocimiento constante, y cada vez son más los empresarios que conscientes de ello conciben al error no como algo que debe ser castigado, sino una oportunidad de aprendizaje.
“Todos somos personas, tengamos un puesto u otro, y todos podemos equivocarnos. El miedo al error nos paraliza, incorporarlo como parte de nuestra gestión nos impulsa”, expuso.
Sobre su percepción acerca de si el empresario paraguayo promedio está abierto a explorar nuevas formas de hacer negocios o han hecho inversiones en las nuevas plataformas digitales de venta, como e-commerce y posicionamiento, indicó que forma parte de los nuevos retos.
“Las inversiones en plataformas digitales de venta y posicionamiento son una forma de responder a los retos de las empresas en el escenario actual. Retos que forman parte de la agenda de todo empresario ante la complejidad del mercado”, comentó.
Asimismo, reconoció que nos encontramos en una etapa de exploración, en donde la matriz de gestión cambió. Muchos empresarios están poniendo foco en plataformas tecnológicas y en la mirada a la cultura organizacional que aborda desde la organización del trabajo, la concepción del buen desempeño laboral e incluso en la gestión del día a día y la toma de decisiones.
“El aprendizaje organizacional es el proceso de construir nuevo conocimiento y desarrollar competencias en las personas dentro de una organización. Esto permite que la misma esté vigente y disponible para hacer frente a los nuevos desafíos del mercado”, aseveró.
Sobre el punto añadió que en los últimos años, el aprendizaje organizacional cobró mayor importancia debido a los constantes cambios del mercado.
“No es suficiente seguir repitiendo la misma fórmula que funcionó tiempo atrás para las empresas, sino fomentar que las organizaciones, a través de sus colaboradores, evolucionen de acuerdo a las necesidades del mercado, utilizando como principal herramienta el aprendizaje. De ahí la importancia del aprendizaje continuo de los empresarios”, apuntó.
En alusión a la necesidad del desarrollo de la inteligencia emocional y su convergencia con las habilidades intelectuales y la predisposición al aprendizaje, mencionó que una cosa no se da sin la otra.
“El aprendizaje es un proceso continuo en donde las habilidades cognitivas están relacionadas a la capacidad de aprender. Uno no se genera sin lo otro, porque hay procesos mentales superiores que intervienen en la adherencia de una nueva manera de hacer las cosas. La maestría se da en la coherencia entre estos factores”, concluyó.
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