La referencia clave: los frigoríficos mantuvieron sin cambios los valores pagados al productor. Los machos comunes siguen en US$ 4,30 por kilo de carcasa, mientras que las vacas gordas se sostienen en US$ 3,90. A primera vista, el dato transmite calma, pero puertas adentro del sector hay un foco de atención: uno de los principales grupos industriales ya completó su programa de faena para noviembre, lo que genera dudas sobre cómo reaccionará el mercado si la oferta crece de manera estacional hacia fin de año, un comportamiento habitual entre los meses de noviembre y diciembre.
A esto se suma una caída marcada en la actividad industrial. Entre el 3 y el 8 de noviembre, las plantas procesaron 40.465 cabezas, una baja del 35% respecto a la semana previa. La utilización de la capacidad instalada cayó al 54%, confirmando una tendencia de desaceleración que comenzó en octubre y que convirtió a ese mes en el segundo de menor faena en todo el 2025. Aun así, en el acumulado del año la faena llega a 1,94 millones de cabezas, un 3% más que en igual periodo de 2024.
Mientras tanto, los precios de exportación continúan moviéndose en una franja positiva. Mercados como Israel marcan un fuerte repunte, llegando a US$ 7,66 por kilo, mientras que Chile se mantiene como destino estable por encima de los US$ 6,30. Brasil, en tanto, sigue siendo un comprador activo, con precios que rozan los US$ 6,90. El comportamiento de Estados Unidos, en particular, encendió el interés del sector: en octubre se convirtió en el principal destino de la carne paraguaya, desplazando a Chile, un fenómeno poco habitual y que se explica por la menor oferta interna del mercado norteamericano y la necesidad de reponer stocks.
La demanda estadounidense, de hecho, parece tener cuerda para rato. Analistas internacionales prevén que Estados Unidos mantendrá importaciones elevadas al menos hasta 2027, debido a una caída proyectada en su producción doméstica. Esa presión de compra ya se siente en los precios de la carne 90 CL, tradicionalmente utilizada por la industria cárnica de ese país.
En el frente sanitario, el movimiento más relevante llega desde México. La auditoría prevista para habilitar frigoríficos paraguayos fue reprogramada para el primer trimestre del 2026, según confirmó el Senacsa. El proceso continúa en curso, pero el ajuste del calendario implica que la entrada efectiva de Paraguay al mercado mexicano tardará un poco más de lo esperado.
A nivel regional, Uruguay y Paraguay reforzaron la articulación institucional durante el Encuentro Internacional de Mujeres Protagonistas del Agro, poniendo el foco en competitividad, apertura de mercados y estandarización sanitaria. Desde la ARP, su presidente Daniel Prieto y el equipo técnico reafirmaron la postura del gremio respecto al futuro de la vacunación contra la fiebre aftosa: no hay apuro por levantarla y cualquier cambio deberá estar respaldado por datos, análisis de riesgo y un consenso público-privado. La sanidad, remarcan, es la llave de acceso a los mercados más exigentes.
El tablero global también muestra movimientos relevantes. Estados Unidos inició una investigación antimonopolio contra grandes procesadoras de carne por prácticas que afectarían a productores y consumidores. Australia continúa exportando a ritmos récord y Brasil podría cerrar otro mes histórico en envíos. En China, el Gobierno analiza una salvaguarda sobre importaciones de carne vacuna, una decisión que podría impactar en los flujos comerciales, aunque se espera que no afecte los embarques paraguayos en el corto plazo.
En síntesis: precios firmes, faena en baja, demanda internacional al alza y un frente sanitario que se vuelve cada vez más estratégico. El sector llega a fin de año con estabilidad, pero mirando de cerca cada variable que pueda influir en la competitividad del 2026.
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