“En realidad los peinadores no tenemos ninguna flexibilización, habilitar que se trabaje a domicilio es terrible porque no todos los trabajadores pueden ir a las casas ni todas las personas van a aceptar a un extraño", expresó Romina Marín, propietaria de Rommy Femenino/Masculino.
Según la estilista, la modalidad permitida en la primera fase es más riesgosa que trabajar en un salón, porque los locales tienen la posibilidad de contar con todos los cuidados de desinfección y distancia. "No permitiremos que le pase algo a los profesionales ni a los clientes, por eso nos negamos completamente a realizar trabajo a domicilio. Este esquema matará a las empresas que ya están en terapia intensiva", sostuvo.
Asimismo, la estilista explicó que existen varios profesionales que ya se dedicaban anteriormente a ofrecer sus servicios a domicilio, por lo que poseen una clientela formada que reduce la medida tomada por el Gobierno a ese sector y no a los que son empleados de locales o propietarios con locales propios. Además, aclaró que los gastos serán mayores para los que quieran adoptar la modalidad de atención a domicilio de forma contingente porque deben hacerse de todos los utensilios y productos para la sanitización de sus herramientas de trabajo.
"Los estilistas que se dedican al servicio a domicilio deben tener registro también y ninguna entidad tiene la posibilidad de controlar si este es presentado a los clientes. Nos tiraron un balde de agua fría y ahora recién estamos reaccionando porque nos dimos cuenta de que no se pensó en el rubro y en las personas que necesitan nuestro trabajo", señaló. Romina aseguró que si las cosas siguen igual la situación económica de los empresarios y trabajadores del rubro empeorará, agudizándose por el pago de alquiler que tengan que regularizar, la amortización de deudas y otros factores.
Según la estilista, hay entre 3.000 y 4.000 personas que trabajan en el rubro y que de estos el 20% máximo será el que se adecuará a lo establecido por la primera fase de la flexibilización. Por otro lado, se sumó al reclamo de otros sectores económicos en cuanto al acceso a créditos, afirmando que estos serían útiles, pero las entidades financieras no liberarán préstamos si observan que no podrán asumir el riesgo.
"Lo que queremos es que vengan a controlar las condiciones de los salones y si estos son seguros para los clientes, no que nos persigan con imputarnos. El Estado debe educar y apoyarnos porque todos estamos tratando de superar este momento", concluyó.
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