Las zonas más comunes para aplicación del bótox son la frente, entre las cejas, raíz nasal y en la esquina de los párpados, zona conocida como “patas de gallo”. El bótox también puede aplicarse en el cuello y en otras zonas del rostro según las indicaciones del médico.
El efecto de la toxina dura aproximadamente seis meses, pasado ese tiempo los músculos volverán a moverse y lo indicado es hacer la aplicación nuevamente para mantener los resultados y evitar que las arrugas aparezcan o se vuelvan más profundas, no obstante, caso el paciente no pueda o no quiera seguir con el tratamiento, no hay riesgos en suspenderlo.
No hay una edad específica para empezar a utilizar el bótox para prevención de arrugas, en general se indica hacerlo desde los 25 años, lo que se conoce como baby bótox, que es la toxina botulínica en menor concentración, pero se puede hacer desde los 18 con la indicación de un profesional médico. Tampoco hay límite de edad, desde que la persona esté en buen estado de salud y no sea alérgica a las sustancias.
El procedimiento es rápido, el tiempo de aplicación del bótox es de 30 minutos y las marcas de las inyecciones desaparecen en pocas horas y el resultado total se da en 15 días, pero ya se puede observar cambios en las primeras 48 horas. A pesar de parecer un procedimiento sencillo, requiere de un conocimiento profundo de los músculos faciales y debe ser hecho por profesionales capacitados y con experiencia, a fin de minimizar riesgos.
En la Clínica Maely Sales contamos con toda la estructura de soporte, además de contar con un equipo de médicos especializados en tratar intercurrencias. La evaluación inicial es totalmente gratuita y también contamos con descuentos para los pacientes que busquen hacer el tratamiento de forma continua.
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