Chile sigue siendo el principal destino de la proteína roja paraguaya, con el 32% de participación y compras por US$ 343 millones. Le siguen Taiwán (14%), Estados Unidos (11%), Israel (10%) y Brasil (6%). La diversificación de mercados es un factor crucial para sostener el crecimiento, más aún en un contexto de tensiones comerciales entre potencias.
En conversación con InfoNegocios, Jimmy Kim, especialista en exportaciones de Rediex, explicó que el precio es hoy un elemento central de la competitividad paraguaya. “La demanda global de carne está aumentando en todos los países y, cuando eso ocurre, los precios tienden a subir. En los últimos tres años, el precio de la carne paraguaya también subió, pero no tanto como en otros países más grandes. Eso nos hace competitivos”, afirmó.
Kim señaló que este diferencial de costos abre oportunidades para la ganadería local en mercados que valoran tanto la calidad como la accesibilidad. “No llegamos todavía a los nichos premium, como Japón o Corea, pero sí a segmentos que necesitan un producto bueno y competitivo en precio. Esa combinación es la que nos está permitiendo abrir nuevos destinos”, explicó.
La coyuntura internacional también juega a favor. Tras los aranceles impuestos por la administración Trump a la carne brasileña, Estados Unidos redujo de manera drástica sus importaciones desde ese país, lo que disparó los precios en su mercado interno. En ese vacío, Paraguay y Uruguay emergen como proveedores confiables. “Estados Unidos hoy es uno de los países donde más se siente la suba de precios. Ahí Paraguay tiene una ventaja relativa, porque nuestros aranceles son menores y eso genera interés en nuestros envíos”, comentó el especialista de Rediex.
El presidente de Minerva Foods, Fernando Queiroz, ya había resaltado la competitividad paraguaya, destacando que Paraguay, Brasil y Uruguay se ubican entre los países con mejores costos a nivel mundial. De hecho, Minerva anunció recientemente la compra de 16 plantas de Marfrig en Sudamérica, apostando con fuerza por la región.
Más allá de las cifras positivas, Kim advirtió que los precios locales generan presión sobre el consumo interno. “Hoy incluso estamos importando costilla congelada desde Brasil porque, para el poder adquisitivo de la población, la carne nacional resulta más cara”, señaló. Este contraste refleja la paradoja de un país competitivo en el mercado internacional, pero con desafíos de accesibilidad para sus propios consumidores.
De cara al futuro, el especialista de Rediex considera que la demanda internacional seguirá firme. “Falta carne en el mundo. Cuando hay exceso de oferta, los países tienden a bajar precios para colocar su producto, pero hoy ocurre lo contrario: falta todo. Eso nos da margen para mantener nuestras exportaciones con buenos niveles de ingreso”, apuntó.
Con un sector que genera miles de empleos y representa una de las principales fuentes de divisas para Paraguay, el desafío está en equilibrar el abastecimiento interno y externo, sin perder de vista la necesidad de diversificar mercados. Mientras la carne paraguaya gana terreno en el mundo, la oportunidad de consolidar su posicionamiento internacional está más presente que nunca.
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