El lanzamiento de la Cámara coincidió con un mensaje optimista del ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, quien aseguró que Paraguay atraviesa una oportunidad única para posicionarse como productor relevante de proteína animal. Según el secretario de Estado, la dinámica público-privada y la alta capacidad tecnológica del sector convierten al país en “una futura estrella mundial” de la industria porcina.
Mareco explicó a InfoNegocios que la conformación de Capainpod responde a un cambio de paradigma iniciado años atrás por empresas que tradicionalmente se dedicaban a granos como soja, trigo y maíz, pero que decidieron avanzar hacia la industrialización. “Transformar proteína vegetal en proteína animal fue la decisión correcta”, afirmó. Hoy, industrias como UPISA exportan alrededor del 30% de su producción, mientras que el resto abastece al mercado local con cortes más tecnificados.
En términos de expansión, las cifras hablan por sí solas. El MIC estima que el rubro proyecta inversiones superiores a US$ 500 millones, mientras que el sector ya inició un desembolso de US$ 75 millones para esta primera etapa. Solo este paquete permitirá incorporar 20.000 nuevas madres cerdas, además de potenciar las plantas frigoríficas y la logística productiva. En Itapúa, por ejemplo, ya funcionan granjas con sistemas automatizados que utilizan inteligencia artificial para regular el clima, la ventilación y el manejo animal, un indicador del salto tecnológico que vive el sector.
Uno de los desafíos más relevantes que impulsa la Cámara es elevar el estatus sanitario del país, especialmente en relación con la fiebre aftosa. Actualmente, Paraguay sigue vacunando, lo cual impide exportar carne con hueso a destinos que pagan mejor, como Chile o Japón. “No podemos seguir postergando este debate. Llevamos casi seis décadas vacunando y ya no existe circulación viral. Nuestros competidores regionales ya avanzaron; nosotros también debemos hacerlo”, señaló Mareco.
La dirigente explicó que el crecimiento del rubro depende de una coordinación estrecha con el sector público. “Para exportar más y competir con Brasil o España necesitamos a la autoridad sanitaria, a la Cancillería y al Ministerio de Industria. El sector privado no puede avanzar solo”, comentó. En esta línea, la Cámara propone trabajar en una hoja de ruta que permita alcanzar un estatus sanitario superior y abrir la puerta a mercados de alto valor.
El gremio también proyecta un crecimiento del 20% en procesamiento, acompañado de la expansión hacia productos con mayor valor agregado. Mareco adelantó que, a partir de 2026, se prevé ampliar la oferta de cortes pequeños y elaborados, con presentaciones pensadas para mercados más exigentes. Además, mencionó que Paraguay ya compite con actores de peso en Taiwán, donde la carne porcina nacional se enfrenta a productos de Brasil, México, España y Alemania.
El sector identifica otro punto clave: mantener la formalización para elevar la competitividad interna. La Cámara buscará trabajar con todos los actores —productores, industrias y comercializadores— para “igualar hacia arriba” y garantizar que el crecimiento beneficie a toda la cadena.
Con una demanda internacional en alza, inversiones inéditas y un gremio que consolida la representación industrial, la carne porcina paraguaya parece entrar en una etapa decisiva. La apuesta, según Mareco, es clara: producir más, con mejor tecnología y con un estatus sanitario que permita abrir las puertas de los mercados que mejor pagan.
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