Para entender mejor las implicancias del tema, InfoNegocios conversó con Óscar Elizeche Landó, abogado especialista en propiedad intelectual y agente oficial de marcas, quien explica que muchas empresas corren el riesgo de perder su marca por desconocimiento o descuido administrativo.
En Paraguay, el registro de marcas está a cargo de la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual (Dinapi). Sin embargo, la protección no es indefinida ni automática, ya que se deben cumplir plazos y requisitos específicos para mantener vigente el derecho.
La protección legal de las marcas y los derechos de autor está regulada por la Ley N.º1.294/98 sobre Marcas y la Ley N.º 1.328/98 de Derecho de Autor y Derechos Conexos. Mientras que el derecho de autor surge automáticamente desde la creación de la obra y se extiende por toda la vida del autor más 70 años después de su muerte, el registro de marcas es obligatorio para obtener exclusividad y tiene una vigencia de 10 años, renovable cada década para mantener la protección.
“El registro de marca es mucho más que un trámite. Es un derecho exclusivo de uso, una herramienta jurídica que te permite proteger tu identidad comercial y diferenciarte en el mercado”, advierte Elizeche, quien cuenta con años de experiencia en el área.
Una de las situaciones más frecuentes y peligrosas ocurre cuando las personas creen que tienen una marca solo por haberla usado durante años. Pero en Paraguay, el derecho de marca se adquiere por el registro, no por el uso.
“Muchos emprendedores empiezan a usar una marca sin registrarla, invierten en el nombre, en redes, en imagen, pero después, cuando quieren protegerla, ya es tarde. Otro ya la registró y terminan perdiendo algo que ellos construyeron”, explicó el abogado.
Según Elizeche, esto ocurre con frecuencia porque muchas personas desconocen cómo funciona el sistema legal de marcas. “En Paraguay, la marca se registra por diez años y luego debe renovarse. El problema es que muchas veces se olvidan de hacerlo, y después del vencimiento tienen solo seis meses de gracia para renovarla. Si no lo hacen, la marca queda liberada y cualquiera puede registrarla nuevamente, aunque no tenga relación con el dueño original”, explicó.
Y esa pérdida puede ser irreversible. “No importa si fuiste el creador, si tenés pruebas del uso, si tus clientes te conocen. Si alguien registra esa marca y lo hace de forma válida, legalmente el derecho le pertenece”, afirmó.
Otro punto que genera confusión, especialmente en emprendedores jóvenes o marcas personales, es creer que tener el dominio web o el usuario en redes sociales basta para proteger una marca. “Tener un dominio o una cuenta en Instagram no te otorga ningún derecho exclusivo. Solo el registro ante Dinapi te da respaldo legal”, advirtió Elizeche.
El abogado también hizo una advertencia sobre cómo la falta de previsión jurídica puede afectar el valor y la protección de los activos intangibles, especialmente en fases avanzadas del emprendimiento, como fusiones, ventas o búsqueda de capital. “Hay muchos casos en los que la marca está a nombre del fundador, pero la empresa crece, se transforma en sociedad y nunca hacen la cesión. Eso puede traer problemas a la hora de buscar inversiones, vender la empresa o defender la marca”, agregó.
Frente a todos estos escenarios, la recomendación final es asesorarse a tiempo y no postergar la protección de uno de los activos más valiosos de cualquier empresa. Porque perder la marca, aunque no lo parezca, puede pasar. Y cuando pasa, ya es demasiado tarde.
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