“El MINI no es solo un auto, es un estilo de vida”, afirmó Park. Y basta con mirar sus líneas atemporales para entenderlo. Su silueta, reconocible incluso a la distancia, transmite una identidad que trasciende generaciones. “Hay personas que se enamoran del MINI porque lo vieron en una película, otros porque un familiar tuvo uno. Es una conexión emocional que se hereda”, explica.
Pero más allá del factor nostálgico, el MINI tiene una impronta moderna y deportiva. Su manejo es versátil, ágil y reactivo, con un equilibrio entre potencia y seguridad que lo diferencia dentro del segmento premium. “Lo que caracteriza al MINI es la performance. Es un vehículo pensado para quien disfruta conducir. Transmite una sensación de control y firmeza en cada movimiento”, aseguró el ejecutivo.
MINI nació con un ADN británico que, con el paso de los años, se fusionó con la ingeniería del Grupo BMW, llevando su calidad a un nuevo nivel. Esta unión le permitió conservar su identidad original, pero incorporar los más altos estándares tecnológicos y de seguridad.
“MINI siempre tuvo un espíritu divertido y diferente. Esa herencia británica, sumada a la innovación alemana, hace que hoy tengamos una marca sólida, moderna y con la propuesta de ofrecer placer al conducir”, señaló Park.
La marca también tomó la delantera en la movilidad eléctrica en Paraguay. “Fuimos una de las primeras marcas premium en traer vehículos 100% eléctricos al país, hace más de tres años”, recordó. Los resultados no tardaron en llegar: buena aceptación del público y una comunidad de usuarios que crece, incluso protagonizando desafíos y travesías eléctricas en todo el territorio nacional.
Parte del encanto de MINI radica en su diseño. Cada detalle es personalizable, desde los colores hasta las combinaciones del interior. Es un vehículo que refleja individualidad. “Los MINI se distinguen sin necesidad de mostrar el logo. La gente los reconoce por su forma, por su estilo”, comentó Park.
En Paraguay existe un grupo de MINI Owners que organiza caravanas, encuentros y actividades en torno a la pasión por la marca. “Hay una energía muy especial entre los dueños. Se genera una conexión más allá del vehículo”, relató.
El portafolio de MINI es compacto, pero completo. Está el clásico Hatch, que representa la esencia pura de la marca; el Aceman, un crossover intermedio; y el Countryman, la versión SUV que hoy lidera las preferencias locales. “El Countryman es el más vendido porque se adapta bien a nuestras calles y a la preferencia del público que busca mayor tamaño y comodidad”, explica Park.
Pese a su fama de “auto compacto”, el gerente comercial aclara uno de los mayores mitos: “La gente piensa que el MINI es chico, pero cuando entrás te sorprende el espacio interior. Es cómodo, sólido y seguro”.
Además, MINI cuenta con un servicio posventa certificado por fábrica, con técnicos que reciben capacitaciones internacionales. “Nuestros talleres están certificados y los técnicos entrenados fuera del país. Eso garantiza que el vehículo esté siempre en manos expertas”, detalló.
Para Park, sin embargo, lo más importante es que las personas vivan la experiencia por sí mismas. “Yo puedo contarte mucho sobre el MINI, pero realmente lo entendés cuando te sentás al volante”, afirmó. Invitó a todos a visitar el showroom ubicado sobre Avenida Mariscal López y RI 1-2 de Mayo, donde los interesados pueden realizar pruebas de manejo y descubrir por qué MINI sigue siendo un ícono en todo el mundo.
“Desde el momento en que abrís la puerta sentís la calidad: la solidez del cierre, el peso, la seguridad. Es un vehículo que te transmite confianza. Hemos tenido casos de accidentes fuertes en los que los conductores salieron completamente ilesos. Eso también habla de su fortaleza”, compartió.
MINI no tiene un público único ya que jóvenes, adultos, familias e incluso generaciones enteras se identifican con su espíritu. “El cliente MINI es alguien que quiere sentirse diferente. No importa la edad, sino esa actitud de disfrutar el camino con estilo y seguridad”, concluyó Park.
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