Este será un campeonato sui generis no solo por ser el primero en la categoría de la FIA de autos GT eléctricos, sino porque los contrincantes irán al mando de un único modelo: el Tesla Model S P100D EGT, que acaba de pasar los crash-test de seguridad de la FIA.
Los 20 pilotos pertenecientes a los 10 equipos que participarán del primer año de esta carrera usarán el Model S P100D adaptado a la competición y desde ahora, con verificación de seguridad de la FIA.
El test fue realizado en Barcelona, en el Instituto de Investigación de Tecnología Aplicada a los Automóviles. Lugar donde la empresa OMP equipó al vehículo para resistir el impacto contra un muro de 130 toneladas, con una placa de 19 milímetros de madera, a una velocidad superior a los 50 kilómetros por hora.
Durante el experimento, y más concretamente en el momento del impacto, las baterías del auto estaban cargadas y funcionando, había un peso de 88 kg en el asiento del conductor, mientras que el auto tenía el peso máximo de una carrera del campeonato de EGT contando con el piloto, es decir: 1.720 kg.
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