Firmas internacionales de reclutamiento como Hays, Robert Walters y Glassdoor coinciden en que, hacia 2026, los salarios promedio de estos especialistas superarán ampliamente a los de otros ingenieros informáticos. La razón: la escasez de talento y la expansión acelerada de la automatización en todos los sectores productivos.
El fenómeno no se limita a los avances en algoritmos o modelos generativos. También responde al valor estratégico que la IA aporta en campos como la salud, las finanzas, la energía, el transporte o el comercio electrónico. Las empresas buscan profesionales capaces de interpretar datos masivos, entrenar sistemas autónomos y garantizar un uso ético y seguro de la tecnología.
“El especialista en inteligencia artificial dejó de ser un rol técnico para transformarse en una figura central dentro de la toma de decisiones empresariales”, destaca un informe reciente de McKinsey sobre el futuro del trabajo digital.
Rangos salariales según la experiencia
Aunque los montos varían según el país y el tamaño de la empresa, las tendencias internacionales permiten establecer una escala orientativa:
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Junior (0–2 años): entre US$ 33.000 y US$ 56.000 anuales.
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Intermedio – Data o ML Engineer (2–5 años): entre US$ 56.000 y US$ 89.000.
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Senior técnico o arquitecto de IA (+5 años): entre US$ 90.000 y US$ 134.000.
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Científico/a de datos IA avanzada (+7 años): entre US$ 112.000 y US$ 157.000.
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Chief AI Officer (CAIO, +10 años): más de US$ 168.000 anuales.
En multinacionales o startups bien financiadas, estas cifras pueden escalar significativamente gracias a bonos de productividad, participación accionaria y proyectos de alto impacto global.
La inteligencia artificial ha reconfigurado el mapa laboral del sector tecnológico. Entre las posiciones más buscadas y mejor pagadas se destacan:
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Ingeniero/a de machine learning: diseña y entrena modelos predictivos para asistentes virtuales, diagnósticos médicos o motores de recomendación.
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Científico/a de datos: analiza grandes volúmenes de información para detectar patrones, riesgos o comportamientos de consumo.
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Arquitecto/a de IA: coordina la infraestructura que permite desplegar sistemas de aprendizaje automático a gran escala.
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Especialista en ética y gobernanza algorítmica: define políticas de transparencia y privacidad en los modelos.
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Diseñador/a de interacción humano-IA: optimiza la comunicación entre personas y sistemas inteligentes.
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Investigador/a en IA generativa: desarrolla nuevas técnicas de modelado de texto, imagen o sonido.
Según LinkedIn, el empleo vinculado a la inteligencia artificial crece más del 40% anual desde 2020, impulsado por la integración de herramientas generativas y la automatización inteligente en empresas de todos los tamaños.
A diferencia de otras revoluciones tecnológicas, el auge de la IA no se concentra solo en Silicon Valley. Ciudades como Berlín, Londres, Toronto, São Paulo y Madrid se consolidan como polos de talento, y América Latina comienza a sumarse con fuerza. Universidades y bootcamps tecnológicos ya ajustan sus programas para formar a la próxima generación de especialistas, combinando matemática, programación, diseño ético y pensamiento estratégico.
La carrera profesional en inteligencia artificial ofrece más que un salario competitivo ya que, representa la posibilidad de definir cómo la tecnología interactuará con el ser humano en las próximas décadas. En un mercado en plena expansión, los expertos en IA se consolidan como los nuevos arquitectos del futuro digital, protagonistas de un cambio que redefine el valor del conocimiento en la era del algoritmo.

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