1. Aprender a usar las redes sociales. La brecha abierta entre los llamados nativos digitales y los adultos no deja de aumentar, por esa razón los padres deben ponerse al día en las redes y aplicaciones que usan sus hijos (Facebook, Twitter, Instagram o Snapchat). Identificar para qué sirve cada una, cuáles son sus configuraciones de privacidad y cuáles deberían ser las reglas de comportamiento básico en ellas son algunas de las tareas que deben hacer los adultos, según la Asociación Profesional Española de Privacidad (APEP). Los expertos de Facebook proponen, además, que sean los hijos quienes enseñen a los padres a manejar las redes sociales: "Es una forma de hablar también de temas de seguridad y privacidad", señalan.
2. Interactuar pronto y establecer normas. Igual que hay que sentar lo antes posible las bases para la conversación con los jóvenes sobre otros temas, los expertos también recomiendan hacerlo para hablar sobre el uso de Internet. Resulta más complicado lograrlo si se espera demasiado, así que abogan por que se empiece a hablar con ellos sobre tecnología, incluso antes de que empiecen a usar las redes sociales. Después, los datos sobre ciberseguridad indican que los padres deberían incluso interactuar con sus hijos, haciéndose amigos de ellos en Facebook y siguiéndoles en Twitter o Instagram.
3. Enseñar a asegurar las cuentas en redes sociales. Los expertos de seguridad de Sophos Iberia recomiendan que los perfiles de los menores solo sean visibles para los amigos, no para los amigos de tus amigos y muchísimo menos ser un perfil abierto a todos. Además, recuerdan a los padres que tienen un importante papel aplicando al mundo digital los consejos básicos de precaución: no aceptar invitaciones de desconocidos, no dar la dirección o número de teléfono y tampoco acceder a encontrarse con personas desconocidas con las que se haya contactado online.
4. Cuidar las publicaciones. Este consejo, dirigido en principio a los más jóvenes, se puede aplicar también a los usuarios adultos. Todos los expertos advierten que una vez se publica una información (ya sea un comentario, una nota o un chat de vídeo) se pierde el control sobre ella porque se puede compartir de formas que no se habían previsto. Los especialistas de Facebook recomienda plantearse algunas preguntas antes de publicar algo: "¿Es así cómo quiero que me vean los demás? ¿Podrían usarlo en mi contra o para dañar mi reputación? ¿Me molestaría que alguien lo compartiera con otras personas? Si lo comparto, ¿qué sería lo peor que podría pasar? ¿Estaría bien que este contenido se distribuye por la escuela o lo conociera mi futuro jefe?".
5. Formar a los menores para que aprendan a respetar a los demás. Los menores pueden causar daños a terceros publicando fotografías sin consentimiento, lesionando la reputación o agrediendo con comentarios inadecuados. No solo se trata de salvaguardar su privacidad, sino también de que aprendan a respetar la privacidad y los derechos de los demás.
(Fuente: El País)
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