Pero lo más especial está por llegar. La modelo levanta suavemente el brazo y las decenas de mariposas de papel salen volando a su alrededor. Luego caen, la tecnología todavía no ha solucionado la vuelta al punto de partida. Con esta puesta en escena, Intel ha presentado en Madrid su nuevo vestido inteligente, al que ha llamado Butterfly Dress. La clave está en un chip Intel Edison, en las fibras ópticas y en los sensores de proximidad que permiten a la prenda reaccionar ante el entorno. Así, las mariposas salen volando en el momento en el que sensor detecta un objeto a menos de 30 centímetros de distancia del vestido o cuando lo activa un dispositivo móvil conectado a la prenda.
"Hemos elegido la mariposa como símbolo porque representa la transformación. Entendemos lo que está ocurriendo ahora con la moda como una metamorfosis debido a la incorporación de tecnología", explica la diseñadora turca Ezra Çetin, quien junto a su hermana Tuba ha ideado el vestido. Las dos creadoras llevan siete años apostando por el I+D en el mundo de la moda, porque creen que la innovación tecnológica también debe empezar a desarrollarse en este campo.
Han estado dos meses creando este vestido que pesa ocho kilogramos y está equipado con ocho servomotores, un sensor ultrasónico de proximidad y baterías recargables Li-Ion. Excepto los primeros, todos los componentes electromecánicos han sido creados a mano para el proyecto. El módulo de computación Intel Edison que hace posible el movimiento es un microordenador ligeramente más pequeño que una caja de cerillas. "Ya hemos desarrollado otro todavía más pequeño para que ya sea posible incluirlo en cualquier parte", sostiene Álvaro García, director de comunicación de Intel.
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