“Las políticas de relacionamiento internacional de Trump se caracterizaron por el alejamiento, la poca colaboración, volatilidad y comportamiento errático. Con la excepción del problema de la migración, el presidente en gran medida ignoró a Latinoamérica y la región fue adaptando sus políticas”, señaló el MBA y máster en Negocios Internacionales por la Universidad de Kansas, Sebastián Peña, quien además recordó que la presencia estadounidense en Latinoamérica en los últimos 50 años -sobre todo bajo gobiernos republicanos- se caracterizó por una marcada intervención, no solo a través de políticas económicas, también por golpes de Estado apoyados por Washington.
No obstante, Peña indicó que bajo el gobierno de Barack Obama –demócrata- hubo un claro cambio en el discurso hasta cierto punto en la agenda de relacionamiento con Latinoamérica. “En este cambio de geopolítica, Biden tuvo un rol no menor ya que fue el emisario de Obama en la región. Luego del notable desinterés de Trump, es previsible que una administración demócrata apunte a restaurar el rol histórico de su país como líder en los asuntos regionales”, agregó Peña.
Si Biden llegara a ganar, según Peña, el liderazgo de EE.UU. en los asuntos regionales probablemente se sostenga en el fomento a la cooperación entre los países, sobre todo en lo que refiere a buscar soluciones a la cuestión de la migración. “Paralelamente, EE.UU. buscará que la mayor presencia en Latinoamérica menoscabe la creciente importancia de China en la región”, complementó.
Ganadores y perdedores
Para Peña, está claro que los sectores que más se beneficiarían con la reelección de Trump son los que ya lo hicieron durante su primer mandato, es decir, las grandes corporaciones y los segmentos más ricos de la población (el 1% y el 0,1%). “Esto ocurrirá a corto plazo, porque los efectos a largo plazo que pueda tener una segunda gestión de Trump podrían ser catastróficos en cuanto al posicionamiento estratégico de Estados Unidos a nivel mundial”, afirmó.
El panorama se vuelve negativo en dos puntos si Trump continúa un segundo periodo, de acuerdo con Peña, específicamente en lo que se refiere a las relaciones económicas con China y su implicancia en los mercados globales y en la sostenibilidad de la economía doméstica. Entretanto, Peña resaltó que algunos economistas y referentes de opinión hablan de una recuperación “en forma K” luego del impacto negativo de la pandemia, no obstante, tal recuperación hace alusión a un supuesto rebote en la economía, que más que nada se da en los mercados financieros, en las bolsas de valores y no en la economía real.
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“Por otra parte, los demócratas proponen, al igual que la propia FED, continuar con los estímulos fiscales para revivir la economía real. Cabe destacar que la FED lo único que puede hacer es mantener las tasas de interés cercanas a cero y comprar bonos, lo que beneficia más que nada a los mercados financieros”, manifestó. Además, computar la tendencia al alza en las ganancias y los precios de acciones directamente con un mejoramiento de la economía en general −según Peña− no tiene mucho asidero en un momento en el que el desempleo y los salarios están sumamente golpeados.
Cambios estructurales en duda
Peña expuso que la desconexión entre la performance de los mercados de valores y el mejoramiento de la economía real tiene su origen en los radicales cambios de política económica y monetaria que sucedieron en los años 80 con el gobierno de Ronald Reagan. “Tal cambio se caracterizó por una frenética desregulación de los mercados financieros, un fuerte debilitamiento de los sindicatos, y por recortes de impuestos a los segmentos más ricos y a las ganancias de capital”, enmarcó.
El entrevistado aseguró que si Trump logra la reelección, es de esperarse que esta dinámica continúe. Por otro lado, si gana Biden, hay indicios de que algunas cosas cambiarán. “Aunque gane Biden, debo decir que dudo mucho que veamos cambios estructurales en el modus operandi de la sociedad estadounidense”, subrayó.
Paraguay y su relación con EE.UU.
Paraguay posee un acuerdo comercial con EE.UU. para exportar mediante el Sistema General de Preferencias (SGP) y reducciones unilaterales de aranceles en el país del norte. Hace un par de años ambos países trabajaron para avanzar en un acuerdo de inversión, sin embargo, aún está pendiente.
En la actualidad está vigente un Memorando de Entendimiento para el establecimiento de una Unidad de Transparencia Comercial, un Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones y un acuerdo en virtud del cual se establece un Consejo Bilateral sobre Comercio e Inversiones.
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