Según el reporte de la calificadora, la revisión al alza responde al robusto crecimiento económico, junto con bajos déficits fiscales, un endeudamiento moderado en comparación con economías de calificación similar y las favorables perspectivas derivadas de una importante cartera de inversiones privadas. Fitch destacó, además, los aumentos estructurales en la base tributaria, la disminución progresiva de la deuda en moneda extranjera y la continuidad de políticas macroeconómicas prudentes.
El ministro Carlos Fernández explicó que esta mejora representa es como un sello de calidad que hará al país mucho más atractivo en la emisión de Bonos nacionales, ratificando que Paraguay es un país confiable como destino de inversión.
“Si uno lee lo que significa eso, quiere decir que en un periodo muy corto ya ellos nos estarían otorgando el Grado de Inversión a la economía paraguaya”, destacó el ministro en conversación con medios de comunicación.
Desde el sector privado, Jorge Bernardes, presidente del Club de Ejecutivos, sostuvo que la noticia “ayuda a mejorar el clima de negocios del país, a generar mayor confianza de los fondos internacionales para que decidan destinar sus inversiones al Paraguay”. Añadió que el cambio en la perspectiva también repercute en las condiciones de financiamiento ya que al mejorar la calificación significa que el país es menos riesgoso, por lo tanto, las tasas deberían mejorar. “Eso facilita el acceso al crédito y hace más efectivo el ingreso de capital externo”.
No obstante, Bernardes advirtió que el gran desafío está en la infraestructura: “Podemos mejorar la imagen del país y atraer inversionistas, pero si no contamos con rutas, hidrovía, aeropuertos o transporte público adecuados, difícilmente se podrá aprovechar al máximo esta oportunidad. Paraguay, por ser un país mediterráneo, debería ser el que mejores conexiones tenga de todos”.
En la misma línea, Jorge Figueredo, presidente de la Asociación de Empresarios Cristianos (ADEC), consideró que la mejora “significa no solo una mejor tasa en el costo del financiamiento, sino también mejores plazos eventuales, lo cual puede repercutir en el sector privado”. Para Figueredo, el reto está en que las empresas paraguayas sepan sofisticar sus modelos de negocio para aprovechar el nuevo escenario: “Paraguay tiene el desafío de escala en su mercado interno, pero hacia la exportación el límite es infinito. Con aporte de capital internacional se pueden mejorar las capacidades de nuestras compañías”.
De cara al futuro, Figueredo se mostró optimista respecto a la posibilidad de alcanzar el grado de inversión y consideró que la mejora en la perspectiva acerca a Paraguay a ese objetivo. Sin embargo, subrayó que el desafío está en acompañar el proceso con responsabilidad fiscal, ampliar la base tributaria, mejorar la calidad institucional y combatir la corrupción, tanto en el sector público como en el privado.
Cabe mencionar que la calificadora Moody’s otorgó a Paraguay el grado de inversión en 2024, mientras que para octubre de este año se espera la visita de una misión de Standard & Poor’s.
Buen panorama
La calificadora estimó un crecimiento del 4,8% para este año, resaltando que se trata del tercer año consecutivo con tasas superiores a las estimaciones del sector privado sobre el potencial (3,5%-3,8%), frente al 4,2% registrado en 2024. A su vez, pronosticó un crecimiento del 4,3% en 2026 y del 4% en 2027; sin embargo, señaló que el avance de proyectos de inversión a gran escala constituye un factor positivo para sus previsiones.
Fitch indicó que los proyectos de gran envergadura —que en conjunto representan el 16% del PIB proyectado para 2025— en diversos sectores tienen el potencial de impulsar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo de Paraguay. Entre ellos citó el caso de Paracel (con un valor estimado de US$ 3.800 millones, equivalente al 8% del PIB) y la planta de fertilizantes de Atome (2,2% del PIB), que ya registra avances tras la firma reciente de un contrato de compraventa de fertilizantes a diez años.
“Paracel ha estado en el horizonte durante varios años, pero ha experimentado retrasos en la obtención del financiamiento completo. Una vez aprobada, se espera que la fase de construcción dure dos años, lo que impulsará la inversión durante ese período, con un aumento significativo de las exportaciones una vez que entre en funcionamiento”, dicta el reporte.
Desafíos
Según la calificadora, existen varios factores que podrían impulsar una acción de calificación positiva para Paraguay en el futuro. Entre ellos se destacan, en el plano macroeconómico, una mayor confianza en el crecimiento sostenido acompañado de estabilidad y del avance de proyectos de inversión de gran escala, capaces de diversificar la economía y acercar el PIB per cápita a los niveles de países con mejor calificación.
En materia de finanzas públicas, Fitch señaló que una mayor flexibilidad fiscal —a través de la reducción de la relación deuda/PIB, la ampliación de la base tributaria, el abordaje del déficit del sistema de pensiones públicas y una mejora en la composición monetaria de la deuda— también sería determinante para una mejora en la nota soberana.
Finalmente, en el ámbito estructural, la calificadora subrayó la necesidad de avances sostenidos en gobernanza, particularmente en la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento institucional, como elementos clave para respaldar un escenario de calificación más favorable.
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